Muchos de los proyectos que los podamos emprender podrían fracasar o triunfar incluso antes de dar el primer paso, pues es la disposición mental de los seres humanos la que hace que podamos abrigar esperanzas de éxito en nuestras vidas.

Dentro del campo de la medicina, los tenemos a muchos cirujanos que recomiendan fuertemente a sus pacientes que estén mentalmente preparados antes de ingresar al quirófano, para someterse a una intervención quirúrgica.

Bien sabemos que hoy día la mayoría de las empresas de tamaño corporativo dedicadas a diversos rubros de negocios, valoran no solo el talento o la experiencia profesional que pudiera tener las personas. Ellas cada vez buscan con mayor fuerza y convicción personas que muestren una buena actitud ante diversas situaciones que se les pueda presentar, lo cual estaría garantizando en mayor medida un potencial éxito antes que un fracaso.

John Maxwell, una de las personalidades más respetadas a nivel mundial dentro del ámbito del liderazgo, ha señalado con mucha sabiduría:

Trabaja en tus fortalezas el 80% del tiempo. Trabaja en aquellas cosas que debes aprender el 15% del tiempo. Y dedica el 5% restante a trabajar sobre tus debilidades.

Cuántas veces nos ocurre en que solemos percibir los retos que nos brindan el futuro, como si fuera el ocaso de nuestras vidas.

El famoso dicho “En las crisis se ven las oportunidades”, encierra mucho de verdad.

Ahora mismo, por ejemplo, que venimos padeciendo esta crisis sanitaria desde hace más de 2 meses, cuántas empresas han tenido que cerrar debido a que sus facturaciones se han reducido a cero y en algunas que otras a casi cero, despidiendo gente o cesándolas temporalmente no por “puro deporte”,.sino porque les resultaba materialmente imposible poder seguir sosteniendo la estructura y a su plantilla de personal.

Antes de esta pandemia eran contadas las empresas que contaban con el servicio de delivery.

Ahora, dado que nos han impuesto una cuarentena obligatoria, el mismo se ha convertido en “la salvación” de muchas de ellas, que antes no confiaban o tenían un muy limitado uso de este rubro simplemente porque sus niveles de ventas “in situ” eran suficientes para sostener su estructura operativa y administrativa.

Lo mismo ha acontecido con el marketing digital que ha sido en estos últimos 2 meses “la niña bonita”, pues les ha permitido a muchas empresas poder llegar a la tranquilidad del hogar de sus clientes habituales con la oferta de sus productos, permitiéndoles que hayan podido conservar al menos parcialmente su clientela, lo cual hubiera sido imposible sin esta herramienta.

Todo esto no es otra cosa más que la importancia que reviste el reinventarse permanentemente, y tener la ductilidad necesaria para adecuarse a situaciones de estrés.

Una vez superada esta coyuntura desfavorable, ya quedaría probablemente para siempre entre nosotros, pues en períodos de bonanza, casi no nos disponemos a pensar en nuevas estrategias de negocios, como poder hacerlo más rentable a nuestra empresa, bajo qué otros canales podríamos llegar a los mismos, etc., etc.

Para todo ello se precisa una actitud positiva, para poder ver que los problemas están para ser superados, siempre y cuando uno se los proponga de buena manera y profesionalmente.

Siempre tenemos en nuestras manos un gran cúmulo de oportunidades. Lo que sucede es que muchas veces el temor nos paraliza, y nos desanimamos, evitando correr riesgos, lo cual automáticamente restringe nuestras posibilidades de poder hacer cosas nuevas.

No cabe duda de que no existe fuente más fecunda de oportunidades de crecimiento que el que podamos atravesar experiencias nuevas. Ante este escenario: Cuál pudo haber sido el peor fracaso. Sin ninguna duda, el no haberlo intentado por el excesivo conservadurismo, que muchas veces nos limitan, cuando que el ser proactivos y no temer a los cambios podrán darnos retornos positivos.

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