• Por Emma Paoli
  • Dra. En Ciencias de la Educación

El 15 de mayo hemos celebrado simultáneamente dos fechas significativas para todos los paraguayos, empapadas de profunda y honda emotividad, el Día de la Independencia Nacional y el Día de la Madre.

En primer lugar, aunque todos los días sean para homenajear a la Patria, en esta ocasión, nos atañe a todos los paraguayos conmemorar los 209 años de vida independiente de la manera más heroica, peleando contra un enemigo invisible al cual solo podremos vencer si nos cuidamos entre todos.

Seamos héroes y demostremos nuestra fortaleza y valentía quedándonos en casa. Esta cuarentena desde casa, redescubramos nuestros valores originales de identidad cultural y, sobre todo, valoramos con admiración y gratitud a nuestros ilustres héroes, que tuvieron el coraje y la firme y decidida determinación de liberarnos del yugo español y las pretensiones anexionistas de Buenos Aires y Portugal.

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En estas fechas recordemos a nuestros héroes quienes tuvieron que superar con inteligencia, rapidez, astucia y coraje, los múltiples y difíciles obstáculos internos (los grupos españolistas, porteñistas y filoportugueses) y externos de nuestros países vecinos, para alcanzar el triunfo de la independencia que fue felizmente incruento.

Esta lúcida consciencia de un Paraguay independiente ya fue gestada mucho antes en los siglos XVII y XVIII, con la Revolución de los Comuneros, el Primer Grito Libertario de América.

Asimismo, la declaración más explícita de nuestra Independencia fue proclamada como la Primera República de América del Sur en el Segundo Congreso Nacional de 1813.

Por otra parte, también rendimos un especial homenaje a todas las madres, ofreciendo nuestra eterna gratitud. Es la madre la que nos regala la vida y nos inserta en la historia de la humanidad. La madre es única e insustituible, con su permanente cuidado, cariño y su ternura en la niñez, con su valiente sacrificio para acompañarnos en la juventud; y en la madurez, es el refugio incomparable a donde recurrimos en momentos de adversidades y sufrimientos. Su amor es absolutamente fiel, y está siempre con los brazos abiertos para ayudarnos en todos los momentos difíciles de nuestra vida, a pesar de todos los pesares y aún en contra de todos los obstáculos.

Además, ella nos transmite los valores fundamentales para definir nuestro proyecto de vida y nuestros sueños e ideales, que sostienen nuestra existencia. Felicitamos efusivamente a todas las madres en esta grata y feliz fecha, que nos llena de mucha alegría y admiración por la generosidad sin límites ni fronteras de la maternidad.

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