Es importante hacer una pausa y entender qué debemos cambiar a partir de lo que hemos aprendido hasta esta fecha. ¿Podemos hacerlo? Depende de nosotros mismos “que somos la mayoría”, y no los políticos de turno o enquistados en el poder hace décadas. Aprendimos que el Estado no puede vivir más de 45 días sin que la economía, que es movida enteramente por el sector privado, funcione de manera correcta. No existe “Papá Estado”, esto es una mentira. Apoyar al empresario y al ciudadano formal no es un foco para el Estado en momentos de crisis. Esto significa que el único motor formal de sustento económico está irremediablemente solo.

He sido testigo de los esfuerzos de parte de las autoridades para generar espacios de ayuda. De hecho, en algunos casos se ha conseguido resultados mínimos. Pero básicamente la lección es que no podemos esperar ayuda del Estado por muchas razones, trabas burocráticas y otras de diverso origen. Si el sector Privado no puede pagar los salarios de sus empleados, estos se quedan sin trabajo directamente y las empresas mueren. Si en cambio, el Estado no puede pagar salarios porque no hay recaudación, nos endeudamos todos a futuro para pagar a cada funcionario el 100% de su salario. Y el Estado continúa su derroche de dinero que no es suyo. Además, si un empleado formal es suspendido, aunque pague IPS él y su empleador, solo luego de un épico proceso en el Ministerio de Trabajo, la previsional te abona el 50% del salario mínimo.

Hemos aprendido que si te hiciste formal, sacaste RUC, creaste puesto de trabajo, pagaste impuestos, todo esto para construir un país formal y serio (lo cual apoyo totalmente y es el único camino posible), no sirve en el momento de una crisis. Ya que primero se buscará ayudar al que nunca aportó nada para el Estado por ser informal, y se le condonarán los pagos de los servicios básicos. También se le otorgarán subsidios de ayuda alimentaria –lo cual nadie discute su legitimidad–, pero sí digo en voz alta que “es insuficiente y sobre todo injusto”. Debemos cambiar el modelo del Estado Inorgánico e Ineficiente para una nueva realidad.

Invitación al canal de WhatsApp de La Nación PY

Por último, preciso es entender que sin Empresas no hay empleos, y sin empleos hay pobreza. Entender que sin pago de impuestos no hay Estado y sin Estado perdemos una pieza fundamental en el desarrollo de un país. Si queremos un Paraguay post Covid-19 digno, esto se consigue achicando drásticamente el Estado de hoy, sea del modo que se plantee: ya mejorando los procesos de compra, restringiendo la influencia de familias políticas y propiciando políticas de reconversión y de creación de oportunidades para la sobrevivencia y apertura de empresas en el sector privado.

No hay más capacidad de aguantar este Estado derrochador y paquidérmico, que está sometido a décadas de influencia de facciones políticas. Un Estado, en fin, que no tiene una política de desarrollo transversal de la economía formal. Nosotros, “la mayoría”, demandamos que esto cambie hoy.

Déjanos tus comentarios en Voiz