En los últimos días de marzo el ministro Julio Mazzoleni, preocupado por la situación de los insumos y equipamientos para el personal de blanco, convoca a una reunión a los habituales proveedores del Ministerio de Salud, donde asisten representantes de las diferentes cámaras vinculadas al rubro de insumos médicos. También participan autoridades de Hacienda, Planificación, Dinac, Yacyretá y otras entidades.

Mazzoleni pregunta a los habituales proveedores las cantidades de insumos disponibles en stock (tapabocas, batas, protector facial, guantes, cintas de esterilización, etc., etc.) y si los tenían que ofrezcan, porque las compras se harían en forma inmediata atendiendo la urgencia.

Los proveedores hablaron de la disponibilidad en stock, pero por la cantidad que se necesitaba debían importar mayor cantidad. Allí no se pusieron de acuerdo sobre la metodología, ya que los proveedores mínimamente necesitan la garantía de que efectivamente se les va a comprar lo importado. Necesitaban asegurar o firmar por lo menos algún contrato para luego conseguir la plata y embarcar los insumos. Pero, tenían el problema del flete aéreo, ya que todo está suspendido a nivel mundial.

Cuando se habló del tema flete, un alto funcionario de la EBY dijo que dos aviones cargueros ya estaban arrendados y disponibles, sin aclarar quien lo arrendó, cuánto sería su costo o si era una contribución del Gobierno. La reunión acabó con el compromiso de que Salud iba a recibir las ofertas de los proveedores para las compras correspondientes en forma urgente y los que necesitaban importar y usar el carguero debían hablar con una persona de apellido Peyrat.

Los habituales proveedores charlaron con el señor Peyrat, quien confirmó que los cargueros fletados no eran una donación, que uno de ellos tenía poca disponibilidad de espacio y el costo era US$ 15 el kilo. Otros proveedores pidieron el nombre de la empresa encargada del flete y dieron el nombre de Transruta SA para buscar espacio en el segundo carguero donde sí había suficiente espacio, pero el precio fijado ya subió a US$ 35 el kilo. Monto considerado elevado, por lo que algunos desistieron de las compras y otros usarían DHL.

Las cosas que no cierran y que generan dudas. Todos los habituales proveedores de Salud remitieron sus ofertas de disponibilidad de insumos a Salud como se había acordado en la reunión, pero no tuvieron respuesta. Una vez ventilada la compra por la prensa, los proveedores se enteran de que el ministerio hizo una compra directa vía excepción por valor de G. 85 mil millones (US$ 13,5 millones) a dos empresas (Eurotec SA e Imedic SA, ambas pertenecen a la familia de Justo Ferreira).

Esto fue un balde de agua fría para los proveedores. Nunca fueron invitados a participar del proceso, el llamado no fue publicitado y encima entregaron un adelanto del 20% (G. 17 mil millones) que no es habitual, y pese a alegar urgencia, le piden a estos proveedores beneficiados entregar los insumos, primero 20%, luego 50%, después 30%, según necesidad.

“Esta compra la hicieron calladitos y a puertas cerradas”, nos dijo Juan Carlos Arce, presidente de una de las cámaras de proveedores, quien remitió una furibunda nota de reclamo al ministro. Días después de la compra directa hacen una licitación pidiendo los mismos insumos y se presentan 23 oferentes, también Eurotec SA e Imedic SA y poniendo como ejemplo, la mascarilla quirúrgica que vendieron los Ferreira, sabiendo que tenían el contrato asegurado, lo hicieron en G. 3.410, pero en la licitación, donde hay competencia, ofertaron en G. 3.080. Una diferencia de G. 330 que al multiplicar por 6 millones, que es la cantidad requerida en la licitación, significa que ofertaron G. 1.980 millones más caro.

Los insumos que llegaron ayer en el avión carguero en su mayoría son de Imedic SA. Y el resto, de proveedores que nadie conoce, que no son los habituales de Salud. ¿De quiénes son?

Interrogantes que Salud debe aclarar: ¿Quién “cocinó” la adjudicación directa para Eurotec SA e Imedic SA a espaldas de los demás proveedores? ¿Por qué Imedic SA se arriesga en llenar los cargueros de insumos, por qué aseguró la venta a Salud previamente, sabiendo que no tendrá competidor y podrán imponer el precio que ellos quieran por los insumos, alegando la urgencia? Definitivamente, algo huele mal en Dinamarca. Puedo estar equivocado, pero es lo que pienso.

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