Felipe Goroso S. – Columnista

Twitter: @FelipeGoroso

La vieja confiable es una expresión extremadamente popular entre los usuarios de redes sociales. La frase está acompañada por una imagen extraída de uno de los capítulos del dibujo animado Bob Esponja. La frase fue extraída de un capítulo de la cuarta temporada y se refiere al uso de un objeto (en este caso, “la vieja confiable”); por medio de su uso es posible solucionar un determinado problema. De esta manera se demuestra cierto grado de confianza sobre este. La expresión se usa en diferentes contextos y, de hecho, es sumamente popular al hablar de fútbol o de política.

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En esta crisis que estamos viviendo por el coronavirus se ha instalado una especie de competición entre lo público versus lo privado, la salud versus la economía, y todos ellos versus la política.

Putear contra los políticos es una herramienta que se usa para ganar puntos, y hay que decirlo, es un lugar tan fácil como común y absolutamente carente de creatividad. Y ojo, no estoy diciendo que no hay que marcar las macanas que se mandan ni mucho menos taparlas, ese no es mi punto. Asignarle todos los males de la Tierra y del Sistema Solar, eso sí me parece desproporcionado. Sobre todo, obviando actitudes que se han visto en esta crisis de parte del sector privado. Además, la crítica se hace cayendo en generalidades, sin separar la paja del trigo.

En lo particular, y aunque suene ir contra la corriente, he visto actitudes, señales y mucha más gestión de parte de nuestra desvencijada política. En las últimas mediciones que se hicieron sobre la gestión de diferentes sectores en esta crisis, los números muestran el fortalecimiento de la política y sus actores públicos, a la par asignan una pésima imagen a los empresarios. Mucho de ello pasa por quienes son los eternos rostros de esa clase empresarial, debería ser una llamada de atención y de alguna manera el inicio de la tan necesaria renovación que se espera hace tiempo. La intención no pasa por ahondar el versus que les mencionaba más arriba, ni mucho menos ahondar la brecha. Esta brecha no precisa de ayuda para profundizarse, ya está instalada y se ahondará sola.

Al final, la política (con todas sus deformaciones) esa mala palabra que empieza con p y termina con a, se está volviendo nuestra vieja confiable, en este momento de profunda crisis.

Etiquetas: #Vieja confiable

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