- Por Felipe Goroso S.
- Twitter: @FelipeGoroso
- Columnista
Infinidad de estudios hechos a lo largo de Latinoamérica han demostrado la implícita relación que hay entre la estabilidad política y el crecimiento económico. La falta de acuerdos mínimos que lleven a la generación de agendas políticas y económicas, tuvo como relación directa el desplome de la economía. Se sabe que no es la única causa, pero no puede negarse que es una de ellas.
El 2019 que nos deja fue un año duro, durísimo, diría una gran mayoría de los paraguayos a quienes les golpeó la realidad de encontrarse con bolsillos y heladeras vacíos. Infinitas señales hemos tenido que la economía paraguaya tuvo uno de sus bajones más pronunciados de los últimos tiempos y eso se sintió durante gran parte de este año. Recién en los últimos meses del mismo se está hablando de un repunte, aunque como casi siempre, tal repunte lo sienten primero aquellos que más tienen.
El 2020 debería de ser el año en el que el Poder Ejecutivo presente una agenda de temas e iniciativas que tengan patas en lo social, lo político y lo económico. Y ampliar las mesas en las cuales se discutan y debatan las mismas, las Cumbres de Poderes ya demostraron que tienen un alcance limitado y sin el consiguiente y necesario efecto de capilaridad en la mayoría de los paraguayos. Hay que abrir la cancha.
Una vez realizada la presentación y ronda de consultas (similar a lo que intentaron en el principio de la administración Abdo Benítez con cuestiones electorales desde el Ministerio del Interior) que bien podrían llevarse a cabo en los meses de enero y febrero de manera que, en marzo, iniciado el nuevo año congresual pueda empezar el proceso de iniciativas legislativas, que de seguro surgirán y deberán de tener tratamiento en las Cámaras.
Proactividad en la propuesta, control de la agenda, presentación, difusión y discusión de la misma, la antesala será la búsqueda de consenso y el resultado que se buscará es la estabilidad. Todos necesitamos que el 2020 sea el año de la estabilidad, en lo social, en lo económico y en lo político. Pero de todos el que más lo necesita es el Poder Ejecutivo y detrás de eso nos debería de beneficiar a todos.
La política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a, precisa de la estabilidad como ingrediente fundamental. Es de esperarse que el mensaje llegue de manera oportuna y conveniente.