- Por Dany Fleitas
- daniel.fleitas@gruponacion.com.py
Las condiciones climáticas adversas, atípicas, y fuera de toda estadística tradicional, son alarmas que se encienden para pensar muy serio en la elaboración de una política estatal de largo plazo de mitigación. Una planificación de acá a 30 o 50 años es lo que hace falta para poder enfrentar la crítica situación climática que se nos viene para las próximas décadas.
Paraguay requiere poner en marcha un plan nacional en dos frentes: frenar la deforestación y la contaminación ambiental (aire y agua) con una campaña mediática de concienciación ciudadana sin precedentes y emprender ahora mismo un movimiento masivo que se ocupe de poblar de bosques otra vez cada rincón del país.
Las estadísticas de desaparición de bosques en las dos regiones del país son preocupantes y a este ritmo nuestros hijos –ni qué decir nuestros nietos– van a sufrir aún más las consecuencias de un clima caluroso mucho peor que el actual. No solo se trata del calor, ya que en un ambiente de descontrol como el que estamos se dan extremos, siendo el otro el frío intenso. Además, se suman tempestades y vientos huracanados que causan destrozos y hasta pérdidas de vidas humanas. Todo esto tiene un impacto sobre la salud de las personas y la economía del país, lo que se traduce en pérdidas multimillonarias en dólares.
Los municipios de la República, que superan los 250, son la otra pata del escándalo. Excepto Atyrá, así como otros pocos que conocemos cuando recorremos el país, son ejemplos de ciudades celosas por el cuidado de su medio ambiente. Sus autoridades se esmeran en mantenerlas limpias de basura y que sus arroyos se encuentren en las mejores condiciones posibles para atraer una gran cantidad de turistas cada verano.
Pero no todos son como Atyrá. Asunción misma, madre de ciudades del estuario del Río de la Plata y cuna del primer grito de libertad en América, es una puerqueza. El DJ se encargó de poner la guinda en el postre. Las últimas imágenes de toneladas de desperdicios en los lechos de arroyos y pequeños ríos que desembocan a su vez en el gran río Paraguay, que es el corazón del país, son una verdadera vergüenza internacional.
El Gobierno Nacional no puede seguir desentendiéndose de esta situación. La limpieza que hicieron las FFAA en las zonas más visibles del río Paraguay son plausibles, pero no alcanza. No es nada frente al gran problema que existe. Es necesario atacar la raíz del problema. Los emisarios del Ejecutivo deben estar sentados el lunes mismo, a primera hora, con diputados y senadores para la presentación de un proyecto de ley duro y severo, cuyas normas deben regular adecuadamente la recolección de basurales por parte de municipios y castigar severamente a todos aquellos –particulares,instituciones privadas y públicas– que atenten contra el medio ambiente.
El aire, el agua y la tierra son la esencia de nuestra existencia. Es cierto, el problema no es solo de Paraguay. El problema es regional y mundial. Pero sería importante comenzar por casa y dar el ejemplo a la comunidad internacional que nosotros podemos ser un país modelo que cuida su clima y, por ende, la calidad de vida de su gente.
El Ejecutivo se jacta de tener muy buenos contactos con el gobierno brasileño de Jair Bolsonaro. Por lo tanto, no le costará nada a Mario Abdo hablar con Bolsonaro para organizar una minicumbre, al menos a nivel de presidentes del Mercosur, para analizar de manera conjunta qué se puede hacer para mejorar la situación climática de Sudamérica. No creo que el saliente Mauricio Macri y el entrante Alberto Fernández se nieguen a participar en algo que es clave para todos los países. Con más razón cuando apenas sopla un viento solar y ya se incendia todo un país, como hace poco ocurrió con parte de Bolivia y también nos alcanzó en la zona del Chaco de manera preocupante.
La descomposición climática tiende a empeorar y si ahora mismo no nos ponemos a hacer algo todos, vamos a lamentar drásticamente a corto plazo. El Ejecutivo y el Congreso deben iniciar un diálogo urgente sobre este asunto e involucrar a los 255 municipios y 17 gobernaciones. No sé qué espera la Secretaría de Emergencia Nacional para tomar la iniciativa.