El próximo 10 de diciembre, el presidente Mauricio Macri finalizara su mandato. Será el primero de los Presidentes argentinos que complete su período sin ser peronista. Solo ese dato, le permitirá ingresar en la historia. No es poca cosa. Pero intentará su reelección, aunque no está en su mejor momento. De allí que –como Scheherezada, la protagonista de “Las Mil y Una Noches” frente al rey Schahriar– con un relato convocante intenta evitar que el voto popular lo desaloje de la Casa Rosada. Convoca al diálogo.

La convocatoria que Macri realiza a una buena parte del arco político, social y productivo en este país, parece estar estigmatizada por “falta de credibilidad”, señala el analista Ricardo Rouvier. El papa Francisco, propuso en la Plaza de San Pedro que “recemos juntos por la Argentina”. La invitada Conferencia Episcopal Argentina (CEA) –desde Roma– responde al mandatario que “para que [la convocatoria] sea fructífera debe [propiciar] ante todo un encuentro de todos los actores políticos y sociales, para escuchar detenidamente las prioridades de cada uno y, luego elaborar una agenda consensuada que exprese los aportes positivos de los convocados que debe ser el resultado de un encuentro y no anterior a él”.

El titular de la CEA, obispo Oscar Ojea, recuerda al Jefe de Estado que se encuentran en el Vaticano “informando al Santo Padre” y le hace saber que “por unos días estaremos todavía abocados a este trabajo”. Todo permite pensar que, pese a que, como la respuesta lo destaca, la Iglesia “ha participado históricamente de diversos encuentros que buscaron salidas fecundas para el país”, en éste no estará, aunque los prelados se comprometen “a la oración” por “el bien de la Nación y en especial pensando en los que más sufren”. Rouvier sostiene que el Gobierno “muestra falta de timming porque esta convocatoria tendría que haberla hecho antes”.

Alfonsina Guardia –académica y analista política– recuerda que “la idea de llamar al peronismo no es nueva. Es parte de la historia de la transición argentina”. Advierte que “no se puede dialogar si no está el peronismo en todas sus variantes y vertientes” y enfatiza en que la convocatoria debería “ser más amplia porque, si está la Iglesia, deberían estar las todas Iglesias para que generar un clima de tolerancia”.

Coincidente, el académico Hamurabi Noufouri, apunta la necesidad de llamar a otros colectivos religiosos porque “no hacerlo es un grave error que no sólo menoscaba la rica diversidad religiosa y cultural que socialmente nos compone y caracteriza, sino que algunos podrían leerlo en forma negativa y asumirlo como una exclusión”.

Respecto del resultado que podría arrojar la convocatoria, Guardia sostiene que “los 10 puntos del llamado son fuertemente economicistas y, justamente por ello, deben ser revisados a la luz de otras realidades” y, propone “dilucidar por que se llama al diálogo en tiempos electorales cuando, por lo general, los pactos y/o los acuerdos se realizan en el inicio de las gestiones”. Noufouri, recuerda que “faltan 7 eses para que finalice el mandato de Macri” y considera que “el resultado será magro o ninguno”. Un veterano peronista que prefiere no ser mencionado, señaló que “con algunas coincidencias burdas, Macri intenta, como Scheherezada, protagonista de Las Mil y Una Noches, un diálogo que le permita ganar tiempo, como lo hace aquella ante el rey Schahriar, para evitar lo peor. Mientras –recuerda y concluye– todos los personajes que aparecen en aquellos cuentos se transforman en lo que no son”.

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