- POR BERNT ENTSCHEV
- Presidente y fundador de The Bernt
Esto quiere decir en pocas palabras que inteligencia emocional es la capacidad de evaluar sus sentimientos y los sentimientos de las otras personas, al hacer que estas dos realidades se crucen y se vuelvan algo productivo, asertivo. Aquellos que tienen o desarrollan esta habilidad tienen mucha ventaja en el mercado de trabajo. A aquellos que desean cargos de liderazgo, les digo que la inteligencia emocional es un requisito de suma importancia para poder lograr resultados expresivos con el equipo.
Al leer a Daniel Goleman, un estudioso del tema, que tiene varias publicaciones sobre el asunto, identificó en una de sus obras algunos consejos muy edificantes. He separado cinco, que muestran como se puede aplicar mejor la inteligencia emocional en el día a día. La primera es el autoconocimiento emocional que es todo lo que acontece usted. Es importante saber cómo usted produce o se comporta cuando está cansado, preocupado, con varias prioridades para resolución, etcétera. Identificar estos picos lo ayudará en otro aspecto: control emocional, es decir, cómo lidiar con estas emociones.
Ejemplo: si estoy con rabia durante una reunión, es imprescindible no explotar, sino el resultado ciertamente tiende a ser pifio. Y así se debe actuar en otras situaciones, adecuado para cada realidad.
La segunda es la automotivación, es decir, si yo sé que mi comportamiento es de determinada manera, vamos a usarlo para alcanzar los objetivos, buscando el mejor resultado. Es decir, si yo me conozco será más fácil direccionar las fuerzas para el resultado, para evitar la confrontación con las debilidades.
Las otras dos habilidades que he seleccionado, se refieren a otras personas. El ejercicio es reconocer en el prójimos las mismas emociones que usted siente. Esta combinación aportará muchos beneficios en su día a día.
A lo largo de mi carrera tuve varios jefes y clientes. Me recuerdo de un gestor, al inicio de mi trayectoria profesional. Esta persona era difícil de tratar, su humor cambiaba constantemente. Entonces, yo y mis colegas aprendimos que para tener éxito con él era necesario antes identificar su estado emocional.
Claro que esto nos producía a todos de nuestro equipo una, porque estábamos, sin querer o saber, ejercitando nuestra inteligencia emocional. Sin embargo, él como líder no se importaba de ponerse en nuestro lugar, una vía de sentido único, entonces los resultados podrían ser mejores si hubiese esa contrapartida de nuestro jefe. Muy capacitado, pienso que, si él hubiese desarrollado la inteligencia emocional, sería un líder altamente productivo, pero faltó ese cuidado de su parte y el apoyo de la propia organización en identificar esa necesidad de desarrollo.
La última habilidad que destaco son las relaciones interpersonales. Personas que saben lidiar con otras personas se diferencian en el mercado de trabajo. Y esto no va desaparecer tan rápido. Con la llegada de las computadoras y máquinas que hacen gran parte de las actividades técnicas, cada vez más las actividades entre individuos son las que restarán en el mercado de trabajo y van a sobresalir las personas que saben lidiar con diferentes perfiles de profesionales.
Mi consejo final es para los liderazgos empresariales y para los profesionales que actúan en recursos humanos: ¿Cómo se encuentra la inteligencia emocional de sus gestores? Deténgase, piense y actúe. Si su respuesta es un “no sé” o un “más o menos” haga algo inmediatamente y ayude su equipo a desarrollar habilidades más allá de la parte técnica, que probablemente, ellos ya lo hacen con maestría.