- Por Bernt Entschev
- fundador de De Bernt
¿Hacia dónde estoy yendo? ¿Será que lo que estoy entregando está siendo evaluado de manera positiva? O, ¿Será que mi trabajo está agregando valor a la institución? ¿Cómo mis actividades diarias me convertirán en un profesional competente en el futuro? Estas son algunas preguntas que muchos profesionales se hacen durante su carrera. A pesar de que parecen simples, muchas veces los colaboradores viven en un ‘vacío’ donde las corporaciones acaban no proporcionando un diálogo franco y profesional que posibilite la corrección del recorrido o el incentivo para que la persona se mantenga en esa dirección.
Sin embargo, muchas herramientas de gestión actualmente están disponibles en el mercado. La más tradicional y también la más usada es el feedback. Es una herramienta importante para todas las áreas y funciones. Todo profesional tiene que saber de su gestión como su trabajo ha sido evaluado y esa herramienta contribuye mucho en este sentido.
Las empresas que tienen programas como estos, por lo general, trabajan primero su liderazgo para que tengan habilidades en el momento de dar un feedback. De manera equivocada, la herramienta puede tener el efecto contrario, pues ella trabaja directamente con lo emocional de la persona. Y está en la mano del propio colaborador aceptar o no la devolución proporcionada por su superior.
Yo, al inicio de mi carrera, tuve un jefe que no sabía dar feedback. Solía ser duro en sus observaciones por no decir, grosero. Con el tiempo noté que él mezclaba sus problemas personales con los empresariales y muchas veces usaba la herramienta para descargar su frustración. Absorbí de otra forma y crecí, pero otros colegas no lo entendieron igual, e incluso cuando era positivo, la devolución de él era dejada de lado, puesto que no tenía crédito sobre lo que expresaba.
Quien recibe feedback debe estar de muy atento. En su gran mayoría, es proporcionado con el objetivo de un crecimiento profesional. Por eso, escuchar, filtrar y tomar una actitud, lo hará un profesional más maduro, feliz y productivo.
Algunas empresas adoptan el feedback como herramienta y suelen orientar a que los equipos sean abordados mensual, semestral o anualmente. Particularmente creo que 365 días es mucho tiempo y es poco efectivo. Vale más para metas osadas de largo plazo.
Lo ideal es tener un plan por período, pero tratar de practicar el feedback en el día a día. Si es necesario e identificado el punto de mejora, hay que decírselo al colaborador cuando el asunto aún está fresco. Así quien recibe tendrá mucho más elementos e informaciones para mejorar sus actividades y acciones. Para que tener un proceso continuo de mejora profesional dentro de las organizaciones, antes se necesita saber dar y saber recibir el feedback. ¡Lo demás el profesional lo lleva adelante!