Desde que asumió este gobierno me ha tocado infinidad de veces apuntar lo poco conveniente que era que el ministro del Interior, Juan Ernesto Villamayor, responda a consultas periodísticas sobre temas que no tenían que ver con áreas específicas del ministerio a su cargo, que serían la seguridad y la política.
Y así como es cierto que los periodistas tienen en el hecho de lanzar una pregunta y obtener respuesta, su principal tarea, también es cierto que el consultado tiene como principal objetivo emitir su mensaje (idealmente, previamente elaborado) no precisamente responder a las preguntas recibidas.
Les mencionaba a la seguridad y la política como áreas de influencia del ministro del Interior y probablemente sea este último punto el que lo hace blanco de las preguntas más inverosímiles. Y es que el Gobierno en un inicio, intentó darle a quien ocupa la cartera del Interior el carácter de vocero del Gobierno, esa persona que responde sobre casi cualquier cosa que abarca al Gobierno. Juegan todas sus fichas a una sola persona sin tener en cuenta el desgaste natural que eso implica.
Sería injusto no mencionar que lo de Villamayor no es por gusto; lo hace por necesidad porque este gobierno (así como otros) tiene graves problemas de vocería y en este caso, el factor principal no pasa por la capacidad intelectual del vocero en cuestión, sino por la falta de variedad que exhibe el Gobierno. Recordemos las veces que probó darle similar tarea a otras figuras del gabinete y los resultados no fueron óptimos, pero en este rubro de la Comunicación Gubernamental no hay que darse por vencido, hay que buscar alternativas creativas; sobre todo teniendo en cuenta que lo que se está logrando es desgastar más de la cuenta a la que –tal vez– sea la mejor figura que tiene el gabinete, comunicacionalmente hablando.
El ministro encargado de la seguridad necesita un guardaespaldas, aunque suene paradójico, es así. Un guardaespaldas comunicacional, alguien que lo cuide, que lo rodee. Y sobre todo y principal, el Gobierno precisa con urgencia de alguien con el que Villamayor pueda repartirse los temas sobre los cuales habitualmente es consultado. Segmentar su vocería. Se trata de optimizar a los jugadores que tiene dentro del gabinete, aunque cueste darles un buen entrenamiento en medios, esta debería de ser una prioridad para el superministerio de Comunicación (sí, ese que no comunica). Con que lo haga en su tiempo libre cuando no está orientando licitaciones ya estaría bien.
Después de todo, de optimizar a los jugadores que están en la cancha también se trata la política, esa mala palabra que empieza con p y termina con a.