• Por Augusto dos Santos, analista  

Lo más importante del anuncio –la semana pasada– de la alianza entre la Universidad Hebrea de Jerusalén y asociados en Estados Unidos, China y Paraguay (HC Innovations) para el inconmensurable desafío de las tecnologías innovadoras, no son los datos impactantes sobre el proceso histórico de la universidad, teniendo en cuenta que el nombre de uno solo de sus fundadores, Albert Einstein, ya sería carta de presentación suficiente para el centro de conocimientos más importante del mundo.

Tampoco lo más importante para Paraguay son las rotundas cifras de negocios que se mueven alrededor de esta gestión, unos 20 mil millones de dólares por año.

Es sorprendente –pero tampoco es lo más importante– el catálogo de inventivas de este centro de innovaciones en Jerusalén, que va desde tecnología para la guía de automóviles sin chofer, pasando por descubrimientos prodigiosos para la medicina y fórmulas para potenciar las prácticas agrícolas y convertirlas en exitosas. Todo esto es de una importancia que aún no terminamos de dimensionar.

Pero lo más importante para el Paraguay es la apuesta. Lo más importante es que esta iniciativa de la naciente empresa HC Innovations al lograr tan significativo salto nos coloca en la alta competencia, en el negocio que hace de puente entre el presente y el futuro, en un mundo, como el de las innovaciones, que los paraguayos pensábamos estábamos condenados a verlo por la tele.

OTRO LEVEL

Puede sonar cursi la expresión, pero la asumimos solo por ser gráficos: en un país donde estamos discutiendo aún si vale la pena o no ir al cuartel, en un contexto político en el que todavía el debate en curso no es cuánto haremos para elevar la inversión en educación sino si cuántos gobernadores zoquetearán mudándose de una carpa a otra, en un ambiente aldeano que no ha resuelto aún cómo hacer para que los ciudadanos limpien sus patios para evitar el dengue, en una temporada en la que parece ser que la instalación de un bodegón de fantásticas milanesas es la mejor noticia disponible, nos anuncian de pronto que así como en Jerusalén, en Chicago EEUU, y en una Universidad de la China (sí, ese país cuya economía conmueve al mundo) se ubicará aquí, en Asuncion, la representación para el continente del negocio mundial de las innovaciones. Es otro level. Esa es la frase cursi pero insustituible.

¿QUÉ SIGNIFICA PARA PARAGUAY?

Primero y principal, significa que cualquier país del continente desde la frontera de México para abajo, hasta Tierra del Fuego, deberá golpear las puertas de una empresa paraguaya si requiere alguna de las innovaciones de un imponente catálogo, para el uso de tales tecnologías en el campo que fuera, industrias, educación, salud y decenas de etcéteras.

Segundo, supone que cualquier requerimiento que surja en el continente, por ejemplo para facilitar la curación de un mal o para mejorar la productividad de los viñedos, podrá ser atendido por los científicos de Yissum (la unidad de transferencia tecnológica de la Universidad de Jerusalén), procesado como objeto de investigación y devuelto como solución tecnológica con patente de innovación de este centro, cuyo socio en Asunción se encargará de cerrar el circuito.

Tercero, la propia empresa, HC Innovations, creará a mediano plazo su centro de investigación que le permitirá generar desde Asunción un diagnóstico de las demandas que existen en el continente (solo pensemos en Brasil, por ejemplo) y empezará a producir propuestas innovadoras para diversos ámbitos susceptibles de mejorar en sus prácticas y aplicaciones técnicas.

Cuarto –inmensamente importante para los jóvenes del Paraguay–, genera a mediano plazo una demanda de capacitación que a su vez vincula a la posibilidad de programas de becas u oportunidades laborales específicas.

En quinto lugar podemos sumar un elemento dinamizador para el futuro de los jóvenes paraguayos que estudian o trabajan en el campo de la ciencia: al asentarse en el Paraguay este pivot del desarrollo de las innovaciones tecnológicas crea una “localización estratégica” en este territorio que a su tiempo representa un “corredor de oportunidades” teniendo en cuenta que se multiplicará la presencia de empresarios, investigadores, gestores públicos etc., que pisarán Asunción buscando abrir el juego a ideas novedosas. Cualquier joven paraguayo competitivo y capacitado en ciencias, ubicado en ese corredor, puede encontrar una tarea que le cambie la vida.

Es muy probable que las “trancas” y mala leche que nos desbordan impidan a una parte sustancial del poder político nacional apreciar el logro, pero lo realmente importante tampoco es eso. Los poderosos vienen y van, lo que se queda es lo que se siembra y lo que sirve para algo más que un título sobre que fulanito le puteó a zutanito. El Paraguay puede ser algo más que una aldea de canibalismo político.

Dejanos tu comentario