• Por el Dr. Juan Carlos Zárate Lázaro
  • MBA

El FMI había reconocido el desempeño económico positivo a nivel país en los últimos años, a pesar de los difíciles momentos a nivel macro y microeconómico que afectan a nuestros 2 grandes vecinos. En su última visita a nuestro país la Dra. Lagarde señaló que Paraguay tuvo mucho mejor desempeño vs. sus pares de la región, mencionando que cuando la economía internacional observe un mejor trend de evolución, y Brasil y Argentina se recuperen económicamente podría ser más auspicioso teniendo en cuenta el gran tamaño de la economía de ambos.

Índices de pobreza:También se puso de resalto la reducción gradual de los índices de pobreza y de la inequidad, con programas que han coadyuvado, como “Sembrando oportunidades” y “Tekoporã que si bien son de utilidad, no constituyen una solución de fondo al problema siendo por ende solo un paliativo para todas aquellas personas en situación de vulnerabilidad económica si todo ello no va acompañado de buenos programas de salud y educación de calidad comprobada, a lo que también se suma una buena infraestructura vial a nivel país.

Cuando “el sol brilla” es el momento de arreglar el techo, lo cual nos ayudaría a fortalecer nuestra economía”. Había señalado en su momento la Dra. Lagarde.

Infraestructura:

Durante los últimos 5 años de gobierno se hicieron varias obras de infraestructura importantes, pero nuestro mayor dilema radica en que han sido tantos los años de abandono y desidia que todo lo que se pueda hacer parecería insuficiente a la vista de cualquiera, por lo que uno de los grandes desafíos de actual gobierno debe ser trabajar intensamente en forma selectiva en todo lo que atañe a obras de necesidad prioritaria a nivel país (principalmente en el interior), a través de la construcción de más caminos de todo tiempo que permitan a los productores primarios, poder llegar hasta los centros de consumo/embarques, como también ir derribando todos los vetustos puentes de madera que todavía quedan muchos y reemplazarlos por los de cemento armado para poder tener un tránsito fluido todo el año pues el siglo que nos toca vivir así los requiere.

Nuestro país sigue mostrando una elevada dependencia de las actividades agropecuarias e industriales, por lo que el campo debería ser una de las principales obsesiones de la actual administración, dado que es lo que nos daría en el mediano/largo plazo los retornos que se esperan tanto a nivel macro y microeconómico (siendo este último el más necesitado) que permita que un mayor nivel adquisitivo se refleje en los bolsillos de nuestra gente.

Salud:

En lo que a salud pública concierne, si bien es dable destacar que se ha venido haciendo lo posible por mejorar la infraestructura de hospitales dentro de la Gran Asunción también se deberían de concentrar en el mejoramiento, ampliación y modernización de otros centros de salud regionales en el interior de nuestro país, pues de nada sirve progreso económico, si la población a nivel país no cuenta con salud física y mental en buenas condiciones.

Educación:

La calidad educativa y substancial mejoramiento de la infraestructura de escuelas y colegios de todo el país también es otra asignatura pendiente.

No se debe permitir que millonarios recursos otorgados por el Ministerio de Hacienda año a año a municipios y gobernaciones a través de la Ley de Fonacide, sigan siendo dilapidados para otros propósitos que nada tienen que ver con los objetivos primarios por administradores sin escrúpulos.

No podemos seguir destinando más del 65% de lo recaudado en concepto de impuestos y otros tributos a la cobertura de gastos rígidos. Se impone una reingeniería de la cantidad de servidores públicos que los tenemos a nivel país en los tres poderes del Estado, además de hacer lo imposible por ensanchar cada vez más nuestra base contributiva a través de un combate frontal a la informalidad, que mueve cada año sumas multimillonarias sin pagar impuesto y perjudicando a los que los hacen formalmente y cuyos recursos podrán fortalecer a los sectores de salud y educación.

Hablando “mal y pronto”: precisamos con urgencia una reforma de carácter estructural. Si todo ello no lo encaramos profesionalmente en este 2019, y con capital humano de calidad, sería poco o casi nada lo que podríamos avanzar.

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