- Dany Fleitas
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En este caso en particular, en esta disputa entre los taxistas tradicionales y la aplicación MUV, se está protegiendo desde la Municipalidad de Asunción a una asociación de taxistas que cuenta con 1.500 unidades, cuyos conductores quizá estén aportando impuestos a la comuna, pero dando las espaldas a decenas de miles de ciudadanos –principalmente jóvenes de Asunción– que están apostando a una nueva forma de moverse y hacer negocios.
El ejemplo más claro: en un solo día, la aplicación registró más de 4.000 nuevos usuarios. MUV es el nombre de la aplicación paraguaya con una nueva modalidad de transporte, similar al Uber mundial. Actualmente, el servicio cuenta con 25.000 usuarios y 300 muvers (prestadores del servicio). Funciona en Gran Asunción, pero está por desembarcar en Ciudad del Este y Encarnación.
Por más que no guste, o no convenga a unos pocos quienes lucran con la existencia de las paradas tradicionales de taxis, no se puede ya detener el avance de la tecnología. Tengo mis dudas con respecto al éxito de una reglamentación municipal o legislativa para la aplicación MUV, por más perfecta que sea, ya que su crecimiento tiene que ver más con la iniciativa particular de la gente en la búsqueda de conveniencias económicas. Es cierto que el transporte de personas debe tener un principio básico: rodados en condiciones de manejabilidad. Este es el centro de todo, porque de hecho, y desde el vamos, todos aquellos que tenemos vehículos estamos circulando en nuestras ciudades sobre la base del cumplimiento de todos los requisitos legales del tránsito municipal y nacional. Entonces, no tiene sentido el cuestionamiento que la Municipalidad hace hacia los Muver. ¿Acaso todos los “amarillos” son impecables y con AA? No me quiero ni reír.
Si tanto es la necesidad de la municipalidad por obtener información sobre la nueva modalidad y recabar datos para responder a los informes solicitados –que es lo que motivó el “secuestro” de un Muver–, entonces sus “expertos” –hay miles de tekorei en la Municipalidad– pueden ingresar a la aplicación y van a poder saber los detalles. Los datos son abiertos y cualquiera puede acceder. Además, no hace falta ir tan lejos para hacer comparaciones, tenemos ejemplos de países de América que están teniendo éxito con aplicaciones similares. Vale decir que, por estas razones, cada hora que pasa miles y miles de nuevos usuarios se están sumando a esta forma de transporte en el mundo. No es casualidad en un mundo tan competitivo.
Esa vieja modalidad del taxi convencional que conocimos de pequeños, y a la que unos pocos tienen todavía cariño, está quedando caduco y obsoleto. Por imperio del avance de las nuevas tecnologías de la comunicación, el sistema de transporte para el traslado de personas está cambiando radicalmente y posiblemente será así para siempre: MUV es el ejemplo. El factor clave se llama “conveniencia” de la gente, por economía y por seguridad. Hay que meterse eso en la cabeza. Los prestadores de servicios y usuarios que no se ajusten a esta nueva manera de convivencia van a ser marginales. Esto ya es lo que se denomina el “internet de las cosas” que nuestros hijos adoran.
El “enjambre amarillo”, al que muchos odian por los vicios de sus mismos componentes, tiene un historial de abuso en este reinado de varias décadas en el país. Los abusos no son pocos, pues tienen que ver con los precios –especialmente en horas de la noche–, calidad de servicios y prepotencia en las calles. Todos saben el “negociado” existente con la compraventa de los derechos de las paradas de taxis, llegando a costar hasta 80 millones de guaraníes según la ubicación. A esto hay que sumarle que esas paradas son “kilométricas” y por lo general impiden y coartan la libertad de otros conductores que tienen el mismo derecho de estacionar en las calles o esquinas más concurridas.¡Una barbaridad! Es más, las denuncias de extranjeros que fueron tomados “por asalto” con las tarifas son incontables y vergonzosas. Estos hechos, aparentemente aislados, causan un daño en imagen y a la seguridad del país y espantan a los turistas que vienen a gastar sus dólares en nuestras ciudades.
Todo eso, y más, que quizá ahora olvido, hacen que ese viejo aliado de la Municipalidad de Asunción, el denominado “enjambre amarillo”, sea hoy uno de los círculos más rechazados por los asuncenos. Es incomprensible la necedad y tanto apego hacia algo que está perimido. Desde las cabezas deberían partir iniciativas para convencer a los de coches amarillos que deben modernizarse, cambiar de actitud y ponerse a trabajar de una manera diferente. Estos 1.500 vehículos pueden y están a tiempo de concebir una aplicación similar al MUV que les inserte lo antes posible a esta nueva manera de hacer negocios, de lo contrario van a quedar rezagados y sin trabajo. La tecnología vino para quedarse, por lo que será imposible remar contra la corriente.
Mario rejavy (estás errando) por partida doble: jurídica y políticamente. Jurídicamente, porque lo que se hizo esta semana con la retención de un vehículo sospechado de ser Muver es un vulgar secuestro y no tiene justificación. Segundo, esta actuación de la municipalidad va a tener consecuencias para tus aspiraciones políticas. Si tu intención es ganar espacios con proyección a potenciar tu figura de cara al 2023, rejavy de aquí a la Luna. ¿Dónde están los expertos que no te advierten que cada paso que das es una metida de pata?