- Por Eduardo “Pipó” Dios
Suelen decir, en algunas monarquías parlamentarias, que el rey, reina… pero no gobierna. Tiene funciones protocolares, es jefe de Estado y en muchos casos está nada más que para la foto. Atrás suele estar el gobierno real, ejercido por un primer ministro elegido generalmente por el parlamento.
Estos primeros 90 días del reinado de Marito han sido una serie de actos llenos de dudas, errores graves, idas y venidas, dimes y diretes. Nos han llenado de declaraciones estridentes, denuncias rimbombantes, anuncios pomposos, sin mucho contenido, o casi nulo.
Al Presidente se lo ve ocupado más en tratar de repartir los cargos prometidos a los impulsores de su candidatura, a sus amigos y a sus financistas. Para esto se ha tomado bastante tiempo, sobre todo, para los nombramientos más polémicos, Marito sabe que nos está metiendo la mula, por eso los hace cada tanto, cuando viaja, o cuando hay algún otro kilombito así trata de que pase desapercibido.
El problema es que hoy en día nada pasa desapercibido y la indignación y la decepción de la gente van in crescendo día a día. Marito lo sabe, pero él no sabe hacer otra cosa. Él está preocupado por la presión que recibe y a la que no sabe cómo hacer frente, tiene que tragarse cada cosa, que ni él quiere tragar, que no tiene tiempo para ocuparse de lo que realmente debería.
Pero así como Marito reina, ¿quién es el que gobierna? Ese es el principal problema, porque no es el primer presidente de este tipo que nos toca, pero siempre hubo alguien que suplía ese rol moviendo los hilos y teniendo al caballo por las riendas, de repente con menos suerte que otras. Hoy no hay un jinete entre las sombras (no, no digo jinete en referencia a Lino’o, sino al que lleve las riendas). Marito está rodeado de caciques que estiran para su lado, llevan agua, egoístamente, hacia su propio molino. Nadie piensa más allá de sus narices y todos los lugares comunes que se nos puedan ocurrir… así nomás.
Nicanor, operando a full políticamente en su propio proyecto personal, tiene poco interés en el destino de la EBY, Alderete pensando, quizá en la renegociación de Itaipú antes del 2023 tampoco es garantía de que su prioridad sea patriótica y no de ambición personal, ni qué decir del canciller. Petropar está en manos de los sospechosos de siempre, tirando por la borda todo lo logrado en años, el MEC en manos de Petta cuyo egocentrismo y figuretismo político, no sirve más que para crear crispación en la institución y no avanzar ni un milímetro en la mejora de la educación. Wiens también reina en su cartera, mientras la manejan los contratistas de siempre… Es decir, nadie se ocupa de gobernar.
¿Hasta dónde llegará esta situación? ¿Aparecerá el verdadero armador atrás de la figura de Marito a poner algo de orden? Marito no tiene pinta de querer dejar de ser una figura decorativa, pasear por el mundo con sus amigos, sacarse fotos, y cuando las papas quemen estar lejos o al menos descansando por algún cuartel en el Chaco… Y así nos va.