• Por Bernt Entschev
  • Fundador de The Bernt

Ya se sabe que un clima relajado en las organizaciones ayuda mucho en el clima organizacional, en la realización de muchas actividades y ayuda a aliviar las tensiones del día a día.

Sin embargo, ¿hasta qué punto la intimidad de los colaboradores puede afectar el trabajo y provocar un efecto contrario? Y, cuando la intimidad parte del jefe o del líder, ¿cuál es la imagen que transmite? Además, ¿cómo comportarse en grupos de mensajería instantánea? ¿Jergas? Si es un líder muy joven, ¿cuál es el reto y los cuidados que debe tener en cuenta?

Estas son preguntas que se hacen muchos profesionales, independientemente del sector de actividad de la compañía y de los cargos dentro de las empresas.

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El punto de partida para esta cuestión es siempre buscar la sensatez. No se olvide que en una corporación el motivo número cero por el cual el profesional ha sido contratado es desempeñar sus funciones de manera satisfactoria. Usted no ha sido elegido, por ejemplo, para hacer amistades. Si ocurre esto, excelente. Si no, tener una buena relación y respetar al colega es suficiente.

Otro ejemplo que podemos citar es que la intimidad en el ambiente de trabajo no puede exceder al punto que las personas se refieran a otras, delante de un cliente, llamando al colega por un eventual apodo que haya recibido dentro del equipo. Además de constreñir, la actitud, en lugar de parecer relajada, puede dar a entender que la estructura empresarial no es seria y es factible de resultados no satisfactorios.

Además, debe tener mucho cuidado con comentarios que hará a colegas o repercutir lo que otras personas han hablado con usted en la cafetería o en el corredor. No se olvide que tiene dos oídos y una boca. Entonces, hable menos y no debe darles importancia a las personas chismosas. Si esta persona habla a espaldas de alguien es probable que también hablará a sus espaldas en otra oportunidad. Si tiene que resolver algo estructural o de proceso debe ponerse en contacto con su superior y hacerlo de manera profesional.

En la condición de jefe, también debe evitar mucha intimidad con su equipo. Una cosa es ser cortés, educado y/o por ventura realizar comentarios en público que pretendan valorar a las personas. Otra es usar las características de la persona para hacer un chiste y generar una sonrisa falsa. Esto es pésimo para el equipo y muy malo para el gestor, que pierde autoridad y es respetado solo por el cargo que ejerce.

También debe tener cuidado con las conversaciones paralelas en grupos de mensajes. Pueden ser asoladoras. Debe evitar usar grupos para tratar asuntos que no están efectivamente relacionados con el propósito por el cual ha sido creado.

Y un consejo para los líderes primerizos: si es un nuevo líder y un líder relativamente joven es común tener algunos vicios de lenguaje y/o jergas. ¡Cuidado! Este tipo de vocabulario puede resultar inadecuado para la estructura y dependiendo del uso de esos términos el gestor puede parecer inmaduro y poco preparado para la misión de liderazgo.

Aquí cabe mencionar: menos, es más, el respeto lo es todo. La intimidad debe compartirla con aquellos que ya está familiarizado, sin tener que esforzarse.

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