Las opiniones sobre la reforma constitucional que provienen del ámbito académico suelen coincidir en que para ello es necesa­rio un estudio interdisci­plinario, diverso y amplio de para qué ha de servir la reforma incluyendo el pro­cedimiento y el tiempo.

Dentro de este contexto, el tema de la reforma constitu­cional exige la participación de los diversos actores de la sociedad, incluyendo a nues­tros jóvenes, otorgándoles a través de la universidad un espacio de observación, aná­lisis y debate, apartándolos de la amplia mayoría que observa silenciosamente sin opinar ni participar.

El propósito de este artículo es brindar un agradeci­miento al Dr. Teodoro Ribera Neumann, rector de la Universidad de Chile, quien estuvo en nuestro país días pasados para dic­tar una conferencia acerca de la reforma constitucio­nal y quien ha aportado a nuestros jóvenes una valiosa reflexión sobre los cambios constitucionales en Latino­américa desde 1990 hasta nuestros días.

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Mencionaba el Dr. Ribera que “Detlef Nolte constata que durante el siglo XX el promedio de constituciones por 18 países analizados fue de 5,7 años y que el promedio de vida de una constitución latinoamericana fue de 28,7 años, con variaciones como, por ejemplo, entre Chile o Colombia, por un lado, con una duración promedio de más que 50 años y Venezuela o Ecuador, por el otro lado, con una duración promedio de 6 y 13 años. En el periodo (1978-2012) tuvo lugar 388 enmiendas constituciona­les. Según un estudio publi­cado por Zachary Elkins, Tom Ginsburg y James Mel­ton, hasta el año 2009 en el mundo se han creado –o enmendado de manera sig­nificativa– 803 constitucio­nes desde que se aprobó la primera en EEUU, en 1789, correspondiendo a 308 o casi el 40 por ciento, a América Latina”.

Una reforma constitucional no conlleva necesariamente un germen de inestabilidad. La sustitución de una consti­tución por otra es, sin lugar a dudas, un cambio mayor que puede afectar la marcha y desarrollo de la sociedad.

Además, puede más bien expresar la adecuación o cambio del texto funda­mental a los cambios socia­les y políticos tales como: la incorporación de los dere­chos sociales, económicos y culturales; los mecanis­mos de democracia directa; la protección del medio ambiente; el reconocimiento de los pueblos indígenas y de los derechos colectivos y la reelección presidencial, ya sea para impulsar nue­vos sistemas políticos o bien para la defensa de las demo­cracias representativas.

En América Latina, los países sin reelección son: Guate­mala, Honduras, México y Paraguay. En Costa Rica, Chile, Perú, El Salvador, Nicaragua, Panamá y Uru­guay puede existir luego de un periodo presidencial; en Argentina, Brasil, Bolivia, Ecuador, Colombia y Repú­blica Dominicana puede ser consecutiva y en Venezuela, indefinida.

Etiquetas: #La reforma

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