• Por Antonio Carmona
  • Periodista

El trío político y unos cuantos más, liderados por "Payo" Cubas, cuyo mejor discurso público fue defecar en una dependencia del Poder Judicial; secundado por "Kelembu", quien se ha otorgado a sí mismo el título que ostenta, adjetivo del guaraní paraguayo, cuya traducción literal al español es "ordinario, de mala calidad", aunque me gusta más la traducción al español paraguayo, que es más contundente, "de lo último".

Él mismo adoptó oficialmente el marcante, así que, a confesión de parte… relevo de pruebas; salvo que el confeso esté mal de la cabeza y no sepa lo que hace; el trío, completado con otro personaje autoproclamado "Mbururu", palabra también del guaraní paraguayo, cuya traducción es "Ruido estruendoso, producido por una caída escandalosa", pero que traducido al buen paraguayo también significa "de lo último".

En fin, estos tres conjurados autoproclamados "de lo último", al mismo tiempo, se han autoproclamado jueces para "escrachar" a quienes ellos condenan como corruptos, sin proceso ni derecho a la defensa, en nombre de la Constitución y las leyes, con derecho a atropellar y dañar propiedades ajenas y agredir a las personas, probablemente el peor acto de corrupción que puede darse en una sociedad democrática, la de usurpar poderes y atropellar los derechos de los demás ciudadanos.

Lo más notable de los actos del trío de los kelembu, y unos cuantos seguidores, es que han tenido prensa y buena prensa, como si fueran verdaderos héroes, enfrentados a una dictadura que, notoriamente, transcurre durante el período democrático más largo de la historia del Paraguay.

  • Lo más notable de los actos del trío de los kelembu, y unos cuantos seguidores, es que han tenido prensa y buena prensa, como si fueran verdaderos héroes, enfrentados a una dictadura que, notoriamente, transcurre durante el período democrático más largo de la historia del Paraguay.

Y más notable aún, cuando la pequeña turba de los kelembu estruendosos y escandalosos, decidieron volver a hacer su representación escatológica en la ciudad de Concepción y fueron expulsados por un grupo de ciudadanos concepcioneros, ahí recién apareció la palabra turba, para los que les impidieron entrar a su departamento, a ejercer la justicia kelembu. Es decir el despectivo significado para calificar a una muchedumbre de personas airadas; aunque podría haber sido utilizado antes, ya que el significado primero de la palabra tiene que ver con el estiércol.

Es grave la cuestión, porque se está manijeando la confrontación, justificándola, siempre y cuando esté del lado de los que manipulan la información; el desenlace que, afortunadamente no se produjo en Concepción es, sin duda, la confrontación de unos contra otros. En síntesis, se está potenciando mediáticamente la violencia.

Es como las ya perimidas películas decadentes del Hollywood de antaño, donde los "buenos" tenían todo el derecho de matar a los malos, sin el menor juicio previo; simplemente, porque ellos eran los buenos. Es un poco lo que está resucitando Trump, decidiendo quiénes son los delincuentes, es decir, los malos.

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