Se fue nomás Portillo y de la peor manera del Ministerio de Salud. Este personaje se había acomodado en varios gobiernos, estuvo con Esperanza en la época de Lugaucho. También ocupó un lindo cargo con el procesado Filicóptero en el Ministerio del Interior. Era muy amigo de la “miau florida” con quien comenzó a tener diferencias cuando quiso abrirse del equipo. En fin, habría que esperar a ver dónde vuelve a ubicarse. Lo ideal sería que por lo menos vaya a hacer consultorio en el Hospital Barrio Obrero, donde “planillea” desde que ocupó el cargo de viceministro.
Tras el raje de Portillo, rápidamente los muchachos se preguntaron si Renolfito no participó del famoso cumpleaños donde se violaron todos los protocolos, justo en el día del inicio de la cuarentena social. Al parecer, esta sería la única forma en que altos funcionarios cuestionados dejen el cargo.
Lo que más indignó en el caso Portillo fue que la violación lo haga una autoridad sanitaria, no era Juan Pueblo. Y allí no hubo ninguna medida de prevención ni protocolos ni hisopados previos a los invitados ni nada que se le parezca.
A propósito, no estaría mal, por el bien de algunas instituciones, que aparezcan otras filmaciones similares, tipo de Petta, Bacigalupo, Durand y otros próceres que siguen atornillados en sus cargos pese a duras críticas y falta de resultados en sus respectivas gestiones.
Al que no le importan las filmaciones y jamás daría un paso al costado es a Efraudín. Pese a todos los videos expuestos y viralizados de cómo modificaron la escena del crimen el 31-M vaya a saber con qué fin, sigue repitiendo que es anga un perseguido político.
Los muchachos de la calle Yegros de repente dejaron de rasgarse las vestiduras con el tema de exportación de reales. ¿Qué pasó? Un alto directivo de banco, que pertenece al mismo grupo empresarial, los dejó en ridículo. “La falta de información sobre el tema dispara el uso de la imaginación”, afirmó el banquero. Es decir, EVP, la llorona y el plagiador como siempre, tocando de oído y hablando al santo botón de temas que no tienen la más pálida idea de cómo funcionan. ¡Marche un código de ética para estos próceres del periodismo disparatero!
Esta situación también generó un feroz problema interno. Los accionistas del grupo están podridos de los caprichos y campañitas de algunos “periodistas estrella” del medio. Encima que la cosa está complicada como para seguir subsidiando sus medios, sobre todo el canal de cable que les genera enormes pérdidas, deben aguantar las locuras de EVP que espanta auspiciantes. ¡Se pone negra la morcilla por esos lares!