El presidente Joe Biden endureció las normas de consumo de carburante para los automóviles que se vendan en Estados Unidos a partir de 2023, ahora que el proyecto con el que pensaba financiar la lucha contra el cambio climático está en la cuerda floja.
El anuncio se hizo público cuando el enorme plan de gasto social Build Back Better (Reconstruir Mejor) de Biden puede haber recibido un golpe mortal, después de que un senador demócrata clave dijera que no apoyaría el proyecto, de un coste de 1,75 billones de dólares (1,55 billones de euros) y en el que se incluye la financiación de nuevas iniciativas para luchar contra el cambio climático.
“Hemos seguido a la ciencia, hemos escuchado a las partes interesadas y establecemos normas sólidas y rigurosas que reducirán enérgicamente la contaminación que daña a las personas y a nuestro planeta, y al mismo tiempo ahorrarán dinero a las familias”, informó la Agencia de Protección Ambiental (EPA).
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Las nuevas normas de consumo se introducirían paulatinamente a lo largo de tres años a partir de 2023, y en 2026 deberían alcanzarse los objetivos fijados por el Ejecutivo. Según las nuevas reglas de la EPA, para 2026 los coches (incluidos SUV y pick ups) deberán ser capaces de recorrer 55 millas o 88,5 kilómetros a una velocidad continua con un galón de combustible (casi 4 litros), o sea 40 millas o 64,4 kilómetros en condiciones reales de circulación.
Para conseguirlo, el gobierno cuenta con la capacidad de los fabricantes de automóviles para mejorar el desempeño técnico de los motores, pero también con el aumento de las ventas de vehículos eléctricos.
“Para mediados de 2026, la EPA predice que se pueden cumplir las normas finales, con alrededor de un 17% de vehículos eléctricos vendidos y una adopción más amplia de la tecnología avanzada de motores de gasolina disponible en la actualidad”, señaló el organismo. La agencia estima que “los conductores estadounidenses ahorrarán entre 210.000 y 420.000 millones de dólares (entre 186.000 y 372.000 millones de euros) para 2050 en costos de carburante”.
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Los fabricantes de automóviles estadounidenses ya han anunciado importantes inversiones para fabricar vehículos eléctricos y automóviles más eficientes en combustible, pero el grupo industrial Alliance for Automotive Innovation advierte que será complicado cumplir con las nuevas medidas sin la ayuda del gobierno.
El objetivo final de la EPA para las emisiones de gases de efecto invernadero “requiere un aumento sustancial en las ventas de vehículos eléctricos”, declaró el presidente de esta alianza, John Bozzella. El éxito de estas normas pasa por “la promulgación de políticas gubernamentales de apoyo, incluidos incentivos para el consumidor, crecimiento sustancial de la infraestructura (...) y apoyo para el desarrollo de la cadena de suministro y fabricación”, añadió.
Reducir las emisiones
A diferencia de Trump, Biden ha convertido la lucha contra el cambio climático en una prioridad y contaba con su iniciativa de ley Reconstruir Mejor para pagar los programas destinados a conseguirlo. Pero el senador demócrata Joe Manchin anunció el domingo que no votaría a favor del proyecto de ley, lo que pone en peligro su aprobación en un Senado donde Biden necesita el voto de todos los demócratas para que la legislación supere las objeciones -y los votos en contra- de los republicanos.
Controlar las emisiones es una de las formas más directas que tiene la Casa Blanca para actuar contra la contaminación. Según la EPA, la nueva regulación evitaría más de 3.000 millones de toneladas de emisiones de gases de efecto invernadero para 2050. La reglamentación de emisiones en vigor, aprobada en marzo de 2020 por la administración de Trump, pide a los fabricantes que mejoren el rendimiento de sus modelos en un 1,5% anual entre 2021 y 2026, en comparación con el 5% exigido por el gobierno de su predecesor, el demócrata Barack Obama.
Fuente: AFP.