Cargar la batería en cinco minutos es el objetivo de una “start-up” israelí que, al limitar el tiempo de recarga, quiere impulsar la difusión de los autos eléctricos y eliminar la “ansiedad de la autonomía”. Especializada en recarga ultrarrápida, StoreDot, con sede en Herzliya, cerca de Tel Aviv, desarrolló una primera generación de baterías de iones de litio que alcanzan su carga máxima en cinco minutos. Actualmente están probando centenares de prototipos.

Doron Myersdorf, CEO de StoreDot, afirma que reducir el tiempo de carga es algo crucial para superar las dudas respecto a los autos eléctricos. “Ya no tendrá temor de quedarse bloqueado en la carretera sin energía”, indicó a la AFP en la sede de la empresa que creó en 2012, y dedicó sus primeras baterías a teléfonos, drones y scooters.

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En 2019 el premio Nobel de Química distinguió al estadounidense John Goodenough, al británico Stanley Whittingham y al japonés Akira Yoshino por haber inventado las baterías de iones de litio, actualmente utilizadas cotidianamente en muchas tecnologías.

Este tipo de batería liviana, recargable y potente se utiliza en todo tipo de ingenios: teléfonos, ordenadores y vehículos eléctricos. Al reemplazar el grafito del ánodo de la batería con silicio “se puede cargar baterías de iones de litio en cinco minutos”, en tanto “antes era considerado imposible”, destaca Myersdorf, doctor en ingeniería industrial graduado en el instituto Technion, de Haifa.

“Cuatro a cinco años”

Para Eric Espérance, especialista del sector automóvil en el gabinete Roland Berger de París, la recarga ultrarrápida es absolutamente una “revolución”, pero habrá que esperar para que estas nuevas baterías sean utilizables. “Aún estamos lejos”, indicó a la AFP. Sobre todo, porque los bornes de carga también tendrán que ser adaptados.

Para comerciarlas, “se necesitarán entre cuatro y cinco años desde el comienzo del trabajo en un modelo o un ciclo de diseño de vehículos”, explica Myersdorf, cuya start-up cuenta con cuatro principales inversores: el coreano Samsung, el alemán Daimler (autos), el gigante petrolero británico BP y el especialista japonés en electrónica TDK.

En su laboratorio, equipado con enormes cajas de cristal, los químicos de StoreDot ensamblan minuciosamente casi un centenar de unidades semanales, destinadas a fabricantes asociados y eventuales interesados por conocer la tecnología. StoreDot ya trabaja en una segunda generación de baterías, más económica. “La batería tendrá un costo de unos 100 dólares (84 euros) por kilovatio-hora, precio de una batería de ion-litio tradicional”, señala Myersdorf.

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La capacidad de las baterías varía de acuerdo al modelo, entre 15kWh y más de 100kWh. Al otorgar el Nobel, la academia sueca indicó que las baterías de ion-litio podrían “conservar cantidades importantes de energía solar y eólica”, facilitando la descarbonización de los transportes.

Pese al auge el camino aún es largo: los autos eléctricos continúan siendo caros y apenas representaron el 2,6% de ventas en 2019, según la Agencia Internacional de Energía (IEA). Queda pendiente la espinosa cuestión del impacto medioambiental de la extracción y reciclaje de metales pesados utilizados en las baterias.

“La extracción --de litio-- necesita mucha agua y seca las napas freáticas, provocando catástrofes ecológicas locales”, explica Espérance, y una batería “no es eterna, sino diseñada para cunplir 3000-3500 ciclos de carga/descarga”.

Fuente: AFP.

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