Washington, Estados Unidos. AFP.

La asesora médica de la Casa Blanca, Deborah Birx, se retorció horrorizada y se convirtió en inspiración para los comediantes en Estados Unidos cuando el jueves el presidente Donald Trump divagó sobre la posibilidad de inyectar desinfectante contra el coronavirus.

En un momento en que la mayoría de las encuestas muestran que los estadounidenses prefieren que el ex magnate inmobiliario deje la ciencia a los expertos, los planteamientos de Trump en la conferencia de prensa diaria del jueves marcaron un nuevo récord en los anales de las ideas médicas aficionadas.

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Alentado por indicios que el calor del verano podría aminorar los efectos del nuevo virus, Trump utilizó la conferencia de prensa diaria sobre la emergencia sanitaria para divagar sobre si la luz solar podría constituir un tratamiento médico.

“Suponiendo que le diéramos al cuerpo un inmensa –ya sea una luz muy potente o que sea ultraviolenta”–, planteó el mandatario. “Supongamos que se aplique la luz dentro del cuerpo, lo que se puede hacer por la piel o por otras formas”, agregó.

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Birx y otros asesores lo miraban nerviosos mientras él continuaba.

"Y también vemos que el desinfectante, lo mata (al virus) en un minuto. Un minuto. Si hubiera una forma que pudiéramos hacer eso, por ejemplo con una inyección dentro, como una limpieza", planteó.

Birx, visiblemente nerviosa, soltó una mueca de incomodidad, sin poder contenerse.

Tras la ola de críticas y de burlas, este viernes, Trump aclaró que estaba hablando "sarcásticamente" cuando hizo esos comentarios.

En busca de una solución milagrosa

Estados Unidos es el país del mundo con más muertes por el nuevo virus con 50.000 fallecidos, lo que ha provocado estragos en la economía, atizando el desempleo y complicando las perspectivas de Trump de cara a la reelección de noviembre.

En un momento de tensión entre los que piden retirar las restricciones como el distanciamiento social y los que prefieren priorizar la salud, Trump parecía en busca de la solución milagrosa.

En las últimas semanas, Trump abogó agresivamente por el uso de cloroquina e hidroxicloroquina para luchar contra el nuevo virus, pese a que las pruebas a favor de estos tratamientos contra la malaria son flojas, por decir lo menos.

Rick Bright, que hasta esta semana era el encargado de desarrollar una vacuna contra el coronavirus, dijo que fue despedido por oponerse al tratamiento con cloroquina.

Después, un estudio preliminar del gobierno sobre los efectos de la luz solar alentaron a Trump.

Que un mandatario emita comentarios de este tipo es un tema serio, pero también fue material sabroso para los programas de comedia de la noche.

En medio de un auge del arte de imitar al presidente, el presentador de "Late Show" Stephen Colbert ya había publicado antes de la conferencia un video encarnando al mandatario haciendo buches con Listerine.

"Mal no puede hacer", dijo con sorna Colbert.

Los comentarios de Trump sobre los desinfectantes atizaron una serie de memes y bromas en Twitter que mostraban cócteles de desinfectante o un desayuno con productos para limpiar el inodoro.

El fabricante de desinfectantes Lysol y Dettol se sintió obligado a emitir una aclaración sobre que sus productos no deben ser utilizados en el cuerpo humano "bajo ninguna circunstancia".

“Un supergenio”

Una encuesta publicada el jueves mostró que la mayoría de los estadounidenses no le creen a Trump en los temas relativos a la emergencia.

Solo un 28% prefiere la información de Trump frente a las de su estado o gobierno local sobre el virus, indicó una encuesta hecha por AP-NORC.

Brett McGurk, un veterano diplomático muy crítico del mandatario que renunció por diferencias sobre Siria, indicó que Trump no va a cambiar y que sus asistentes nunca van a poder escapar a este caos.

"No se puede permanecer al margen de la locura: en todos los temas la locura te alcanza", dijo en Twitter. "No hay una política, uno siempre está un tuit por detrás".

La nueva secretaria de prensa de Kayleigh McEnany desestimó la polémica afirmando que Trump siempre le ha dicho a la gente que "consulten con los médicos sobre el tratamiento".

Además acusó a los medios de sacar de contexto las palabras del presidente "de una forma irresponsable".

Pero para Trump nunca hay un momento para la autocrítica y durante la emergencia ha presumido de que los médicos le han preguntado: "¿Cómo sabe tanto?".

“Quizás es una habilidad innata”, planteó recordando que uno de sus tíos le dijo que era un “un supergenio”.

“Quizás debí hacer eso en lugar de optar a la presidencia”, declaró.

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