El director Favio Chávez prefirió no hacer declaraciones, al arribar ayer cerca de la 9 de la mañana en el aeropuerto de Luque, junto a la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, tras un viaje a Italia donde fueron ovacionados en el Festival de San Remo, el pasado 9 de febrero, con su interpretación de “Libertango”.
La afamada orquesta fue la primera en 51 años en volver a brillar el talento paraguayo en el máximo escenario de la canción italiana, desde que Luis Alberto del Paraná y Los Paraguayos lo hicieran en 1956.
Un grupo de familiares acudió al aeropuerto a recibir a los jóvenes integrantes, entre aplausos, abrazos y emociones. Según comentaron los padres, el retorno de la orquesta se demoró por 48 horas debido a que la organización italiana envió fuera de horario el bus para los artista paraguayos, y perdieron el vuelo. No obstante, el atraso fue aprovechado para visitar el Vaticano.
Donación
Durante la presencia de la Orquesta en Italia, trascendió la denuncia fiscal de un integrante, Christian Agüero, y de dos madres de la comunidad, sobre supuestas irregularidades en la administración de ingresos y donaciones que obtiene el proyecto, que se encuentra a cargo del director Favio Chávez.
Una nueva campaña de donación online a beneficio de la orquesta se encuentra vigente en el portal Go Campaign, con sede en Santa Mónica, California, EEUU. La campaña también es promovida a través de la web de "Landfill Harmonic" (www.landfillharmonicmovie.com/support-us), el documental norteamericano que narra la historia de la orquesta.
La meta es de 60 mil dólares (unos G. 334 millones), y ayer se encontraba al 57%: 34 mil dólares. Según la plataforma, ese dinero sustentará tres puntos: el programa de orquesta juvenil de 30 miembros por otro año; enseñar a los estudiantes a reparar instrumentos para generar ingresos para mantener a sus familias; y sostener el programa de educación musical que actualmente beneficia a 100 jóvenes.
“Si no fuera por este programa, estos niños se verían forzados a abandonar la escuela temprano (generalmente a la edad de 11 años) y ganarse la vida revolviendo la basura porque hay pocas opciones para los residentes de Cateura”, expresa la justificación.