El miércoles pasado, a Christian Agüero le incautaron su notebook y una trompeta reciclada, sin conocer los cargos. Apartado hace casi un año de la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, el joven recibió la orden de allanamiento de la agente fiscal Alicia Sapriza. Al día siguiente, a través de Radio Ñandutí, hizo una impactante denuncia: “Lo que recauda la Orquesta de Reciclados va al bolsillo de Favio Chávez”.
Desde 2014, Agüero reside con su familia en una vivienda que está en un predio adquirido para la orquesta, junto a otras dos familias, pero que está presuntamente a nombre del director. Ante la amenaza de desalojo, y lo que considera represalias, el joven se decidió a contar su historia, que se fundamenta en una denuncia que ya fue presentada ante la Fiscalía en marzo de 2016, con el acompañamiento del senador Arnaldo Giuzzio y de otros senadores, junto a más de 200 hojas de pruebas documentales, que apuntan a que supuestamente todos los ingresos y donaciones internacionales de la orquesta (que no tendría personería jurídica) son manejados únicamente a través de cuentas personales del director Favio Chávez.
Hasta ahora, el caso a cargo de la Stella Mary Cano se mantuvo en discreción para no perjudicar la imagen de este exitoso proyecto comunitario. "Prácticamente por eso yo no salía ya canal por canal a recorrer, porque todos iban a decir así, que yo estoy manchando el proyecto. Realmente es un proyecto de primer mundo, que realmente podría cambiar la vida de muchos, pero está en manos de un tipo que no le importa si el chico come o no come, qué tiene o no tiene en su casa", dijo Agüero. "Todos dicen que se enaltece la bandera del país, eso es cierto, pero el tema es a qué precio".
- Tuve varios compañeros que salieron de la orquesta por el tema del maltrato. Lastimosamente yo no puedo probar eso, y es una pena que ellos no se animen a hablar tampoco
La independencia
"Llegó al barrio la noticia de que se enseñaba música en tal parte, y nos fuimos, cuando eso había un proyecto Procicla, en las cercanías del vertedero, y ahí fue donde empezó todo", recordó Christian Agüero, cuando en 2007, teniendo entre 11 o 12 años de edad, se acercó a los inicios del proyecto que luego se convertiría en la Orquesta de Instrumentos Reciclados de Cateura, que en la década siguiente acumularía una fama mundial única, incluyendo una ovacionada presentación en el Festival de San Remo, en Italia, el jueves último.
"Cuando eso estaba a la cabeza, el maestro Luis Szarán. Los integrantes de la orquesta eran netamente profesionales", rememoró. "Empecé como guitarrista, pero la guitarra no es un instrumento orquestal, y me decidí por la trompeta, que me llamaba la atención".
En 2011, el proyecto de Cateura se independizó de Sonidos de la Tierra, que dirige Szarán; y Favio Chávez pasó a ser el director principal. Entonces, el joven Agüero y otro compañero, Andrés Riveros, se sumaron a la oficina administrativa que empezó a funcionar en un domicilio en el barrio Sajonia.
"Empecé prácticamente desde que salieron de Sonidos, él se alejó de Sonidos, no sé cómo. Él nos dijo: 'Lleven los instrumentos a sus casas, a ver si el maestro Szarán conoce realmente Cateura y va a sus casas a recuperar los instrumentos'. Cada chico vino con su instrumento a su casa, entonces ahí empezó todo, prácticamente nos independizamos de Sonidos, y empezamos de cero", relató el joven, actualmente de 22 años de edad.
"Andrés Riveros se encargaba de depositar a la cuenta del señor Chávez todo lo que se ingresaba. Yo en la parte de contratos a nivel nacional, había un modelo qué seguir. Salía y hacía firmar los contratos", describió Agüero sobre su nueva labor, aparte de integrante de la orquesta, que durante un año y medio ejerció como pasante administrativo, sin remuneración.
"Luego yo salí, porque a veces ni para mi pasaje tenía para llegar, y prácticamente yo me iba para que me maltraten y no le daba el gusto el trabajo que uno hacía", afirmó. Posteriormente se le asignó un sueldo mensual de G. 500.000. "Mientras él se autopagaba un sueldo de G. 7 millones y medio".
Revolución interna
"Nosotros con los integrantes (de la orquesta) iniciamos una revolución interna, porque al principio los integrantes solo recibían G. 50 mil por cada concierto, y yo trabajaba en la oficina de la orquesta, y sabía los ingresos que tenía la orquesta, entonces les dije a mis compañeros que no es posible que haya necesidad siendo que la orquesta genera mucho ingreso y todo viene en forma de donaciones como para ayudarles a los integrantes. Y yo veía que algunos de mis compañeros pasaban penuria, y yo decía que eso no podía estar pasando", declaró.
"De hecho, todos los integrantes se opusieron, porque había un viaje a Noruega en 2015, en mayo. Todos nos pusimos de acuerdo antes del viaje y exigimos al director que firme una carta de compromiso para con los integrantes, porque hasta entonces todo era verbal y prácticamente sus palabras siempre se las llevaba el viento. El se negó a firmar esa carta, una hojita, donde nosotros pedíamos el buen trato y algo seguro, algo que pueda contar un chico, porque depender de si hay o no hay concierto para recibir ese 50 mil, algunos no podían sustentarse con eso", continuó.
Respecto al pedido de "buen trato", explicó: "Tuve varios compañeros que salieron de la orquesta por el tema del maltrato. Lastimosamente yo no puedo probar eso, y es una pena que ellos no se animen a hablar tampoco".
“Desde que hicimos esa mini revolución, ahí conseguimos que se pague un sueldo, que primero era sueldo mínimo, luego se fue transformando a G. 500 mil mensuales. Dos meses pagó sueldo mínimo, y después bajó”. En contrapartida, en marzo de 2016, el director impuso un reglamento o “Acuerdo de compromiso” que, según Agüero, se utilizó para apartarlo de la orquesta, y para acallar cualquier otro conflicto interno.