Hackers que encriptan archivos y luego piden rescate, casas inteligentes bloqueadas por cibercriminales y sistemas remotos que secuestran dinero desde los celulares. De acuerdo con el último informe de PandaLabs, surgieron 18 millones de nuevos malware en el último semestre.

Y el tipo de ataque que lideró el ranking es el ransomware, también conocido como cibersecuestro de datos: un software malicioso ingresa al equipo y encripta los archivos. Luego le llega un mail, llamada o SMS al usuario avisándole que para recuperar la información tiene que pagar un determinado rescate.

A veces, para incrementar la paranoia de la víctima, junto con el pedido de rescate, los cibercriminales envían los datos de IP de conexión, el nombre del servidor de internet y hasta una foto del hogar tomada desde la webcam. "Es uno de los delitos que más incrementó y probablemente crezca en el futuro", remarca Gonzalo García, director de Ventas de Fortinet para América del Sur.

Todo en la nube

Se almacenan fotos y archivos en Google Drive, los sitios de las empresas se usan para compartir información entre los empleados, se emplean diversos sistemas de mensajería para pasar datos y en el marco de Internet de las Cosas (IoT), los dispositivos también quedan vinculados en la nube cibernética. Esta interconectividad, si bien facilita muchos aspectos, también abre nuevas puertas y ventanas de ingreso para la invasión de malware.

"En la nube se reúne gran cantidad de datos y es cierto que cualquier lugar que tiene un IP puede ser accedido. Se puede entrar a todo hackeando al usuario o al servidor donde está la información. Hay muchos virus, formas de troyanos, que toman la actividad del usuario en la máquina y de ahí roban las contraseñas", advierte Carlos Aramburu, gerente para Latinoamérica de Intel Security.

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