Francia inauguró ayer jueves el primer tramo de carretera solar del mundo en una vía local en Normandía (noroeste), que cuenta con 1 kilómetro de extensión y cuyo pavimento está compuesto por paneles solares especialmente sólidos.

Se trata de un proyecto pionero con el que se prevé alimentar el alumbrado público de un pueblo de 5.000 habitantes. La ministra de Medio Ambiente, Ségolégne Royal, la encargada de inaugurar la infraestructura, aseguró que se trata de una idea que va en la línea de la transición energética del país hacia las energías renovables.

Según su departamento, este tipo de paneles solares están especialmente concebidos para soportar el peso de cualquier vehículo, incluido el de camiones, y garantizar la adherencia de los neumáticos.

Los 2.800 metros cuadrados asfaltados con este material especial en Normandía son el resultado de cinco años de pruebas con pequeños tramos instalados en aparcamientos o frente a edificios públicos. Algunas asociaciones ecologistas critican que con este tipo de obras el Gobierno busque un efecto de anuncio sin auténticos progresos. En efecto, el precio del kilovatio producido en esta vía solar es de unos 17 euros, frente a 1,3 para el que se genera en una instalación fotovoltaica en un tejado. Los expertos destacan que las instalaciones algo inclinadas son más eficientes a la hora de producir electricidad, una desventaja de esta iniciativa, pues está en posición horizontal.

Los responsables del proyecto sostienen que el tramo inaugurado ayer es una prueba y que el precio de la infraestructura disminuirá a medida que se incremente la demanda, lo que abaratará también el coste de la energía producida.

En el 2020, señalan, el precio del kilovatio producido en una carretera solar será similar al de otra planta fotovoltaica. Luego de la cumbre del clima en París, Francia había anunciado un plan de cinco años para pavimentar 1.000 kilómetros de rutas locales con paneles fotovoltaicos.

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