Desde las pinturas renacentistas hasta las ilustraciones que recorren en la redes sociales. ¿Qué hay de atractivo en plasmar la sexualidad sobre un papel? La ilustradora paraguaya Regi Rivas lo analiza en esta nota.

Por: Micaela Cattáneo

Ilustraciones: Regi Rivas

Desde Adán y Eva la desnudez ha sido inspiración para la pintura. El primero en atreverse a retratar un desnudo real (porque anteriormente se representaban solamente cuerpos de diosas como Venus o Afrodita) fue el pintor y grabador español Francisco de Goya en su obra La maja desnuda, la cual incluso le valió hasta la inquisición por tratarse de un cuadro polémico para la época.

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Y es que el desnudo artístico casi siempre connota el erotismo como elemento de interpretación en una obra. Y este, por tratarse de un tema tabú en la historia -ya que expone la sexualidad y el deseo-, llama la atención, moviliza, hace pensar y da qué hablar; más aún cuando en su contexto social influye la religión.

Pero de entre los soportes que narran el erotismo con mayor profundidad se encuentran la ilustración y la literatura; siendo la primera de ellas quien asume el primer lugar en el asunto. Sucede que el factor fantasía, propio del deseo sexual, no siempre se da de manera explícita o detallada en el dibujo como sí suele ocurrir en una pieza escrita.

"Siempre dibujé muchas cosas autobiográficas, fue ese mi disparador. Cuando empecé a mostrar ilustraciones eróticas, la gente se preguntaba hasta qué punto eso era verdad. Entonces me doy cuenta que no sólo entra en juego mi fantasía, sino también la de la persona que lo mira; pero no porque tenga que ver conmigo sino porque en el dibujo se ve reflejada ella misma", expone Regina Rivas, ilustradora.

Y es que la percepción sobre el erotismo cambió cuando la mujer dejó de ser solo una musa y se convirtió también en autora de grandes obras artísticas. Hay un empoderamiento femenino en las ilustraciones contemporáneas y eso se percibe en las historias contadas a través de los dibujos.

"Es otra la mirada, totalmente", afirma Rivas y explica a la par que sus manos revelan cuánta imaginación descubre antes de ilustrar una escena: "Puede haber dos persona teniendo relaciones sexuales pero el dibujo no se centra sólo en eso porque se puede ver el entorno o la atmósfera en la que están, por ejemplo, hay plantas. Y eso tiene que ver con el cómo la mujer vive el placer sexual, cuán importante es ese entorno para encontrar el clima erótico".

El cómic erótico, un antecedente

Así como la pintura renacentista trazó el camino erótico del arte, completándose esta con artistas emergentes de la edad moderna y contemporánea, las historietas también buscaron hacer su aporte y de una manera muy particular. Hacemos hincapié en un episodio reciente que tiene como protagonista al "Dios del manga", el dibujante de historietas y animador japonés Osamu Tezuka.

En el 2014, la hija mayor del artista, encontró 200 bocetos de dibujos ocultos en el estudio de su progenitor. Resulta que los mismos evidenciaban la influencia que el "Padre moderno del manga japonés" recibió a partir de las nuevas técnicas de animación utilizadas por Walt Disney.

Los papeles hallados dejaban ver la figura de una mujer transformada en ratón con poses provocativas, de las cuales 29 han sido publicadas en la revista especializada en manga Shincho bajo el título Arte erótico de Osamu Tezuka. "Hoy en día hay más autores que se animan a hacer ilustraciones eróticas y eso antes no pasaba; ya que sólo en algunas partes del mundo eran bien recibidas", comenta la artista, cuyo trabajo fue publicado recientemente en Vice México.

"La ilustración es un arte muy democrático. No requiere de un traductor ni que te lo expliquen porque es fácil de decodificar; no es algo abstracto o figurativo, ya depende del ojo del espectador qué emocion le va a poner", añade.

La sensualidad grabada en estos dibujos puede denotar múltiples mensajes y, aunque el deseo sea uno de los principales objetivos que plantea, no llega a alcanzar los niveles de lo pornográfico. Y en este punto es importante hacer una diferencia. Mientras que la pornografía muestra sexo explícito, el erotismo se construye con elementos que despierten las ganas de tenerlo. "Es un juego más mental que físico", sentencia Rivas.

"Con el dibujo la diferencia es la misma. Por más de que veas que hay una penetración, al lado podrías también estar viendo un mapamundi o te colgás observando la sala en la que están los actores del dibujo o justo hay un montón de libros y te quedás mirándolos. La ilustración no cuenta sólo el acto en sí, sino los detalles que hacen que la historia no resulte aburrida", suma a la explicación.

Simbolizar el cuerpo

Luis Royo, un conocido ilustrador español, transmitía estas palabras en una entrevista dada a un medio de su país: "Yo creo que el género femenino es más complejo y busca un erotismo lleno de simbología, menos directo que el del hombre"; sobre su preferencia por los dibujos que tengan de protagonista al sexo contrario.

Para Regi, dibujar cuerpos femeninos es algo de por sí mucho más "lindo"; sin embargo, cree que en una ilustración la estética de la figura es sólo una parte y que se deben tener en cuenta otros aspectos. "Va mucho más allá, por cómo somos las mujeres, por lo que decía anteriormente sobre la atmósfera. El erotismo es para nosotras un descubrimiento, un placer; entonces, son miles de cosas disfrutables y representables en un dibujo", sentencia.

Desde tiempos inmemoriales, el arte sirvió para despertar la curiosidad y el cuestionamiento de la gente sobre ciertos temas sociales. Y la ilustración no tendría por qué ser la excepción. "En nuestro país, la educación católica tiene mucho que ver en la relación que tienen las mujeres con su cuerpo, en el pudor que les acompañó a lo largo de su vida", plantea Rivas.

Y continúa: "Hay una relación extraña y conflictiva con el cuerpo, por eso dibujo chicas gorditas; la cuestión sexual y la desnudez. Me interesa dejar un mensaje claro entre los tantos que puede evocar una ilustración, que es la de reconciliarse con el cuerpo, porque eso te hace libre", finaliza, asegurando que sus ilustraciones no tienen fecha de caducidad porque mientras estas le sigan generando preguntas, ella las seguirá realizando.

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