Alexandra Stevenson
Desde el espacio, cada cinco minutos un satélite capta imágenes de las ciudades más grandes de China. En California, a miles de kilómetros de distancia, una computadora analiza las sombra de los edificios en las imágenes y llega a una conclusión: el auge del negocio inmobiliario en China se está desacelerando.
Entonces en BlackRock, la gigantesca administradora de dinero, los negociadores utilizan esos datos como ayuda para comprar o vender acciones de los emprendedores inmobiliarios chinos. "La máquina es capaz de hacer frente a algunas decisiones muy complejas", dijo Jeff Shen, copresidente de inversiones de Scientific Active Equity, la unidad cuantitativa de negocios de BlackRock en San Francisco, o como también es conocida: el "quant arm".
Y es que la futura estrella de la industria de fondos de cobertura no es un próximo William A. Ackman, Carl C. Icahn o George Soros. Más bien, es una computadora como la de Scientific Active Equity, que analiza y filtra datos diariamente como lo hacen otras máquinas con las imágenes satelitales de China.
Los genios de las matemáticas dominan desde hace mucho tiempo el universo de los fondos de cobertura, pero fue solo hasta hace poco que un puñado de empresas bien conocidas, como Renaissance Technologies, DE Shaw Group y AQR Capital Management, utilizan modelos matemáticos y computadoras para marcar y trazar técnicas de negociación.
Y aparte de las ocasionales exposiciones exageradas, como cuando Long-Term Capital Management fue a la quiebra de una manera espectacular, en 1998, después de que sus modelos analíticos no tuvieron en cuenta la posibilidad de un default de la deuda del gobierno ruso, el mundo del comercio cuantitativo se ha mantenido fuera de los reflectores.
Ahora, en la medida que el mundo financiero se enfrenta a pésimos rendimientos y a las críticas hacia los inversores por las altas tarifas, los gerentes de los fondos de cobertura están recurriendo a las computadoras para tomar decisiones que solían dejarse en manos de los seres humanos, como, por ejemplo, qué acciones comprar y vender.
Célebres inversores como Ackman están siendo reemplazados lentamente por equipos de académicos con grados de PhD que desarrollan ecuaciones matemáticas para el comercio, así como sistemas para analizar enormes conjuntos de datos y encontrar patrones predictivos.
Por ejemplo, el inversor multimillonario Paul Tudor Jones, que dirige el Tudor Investment Corporation, se vio obligado a hacer cambios luego de que inversionistas retiraran más de US$ 2 mil millones de su empresa, que ahora maneja US$ 10,6 mil millones. Redujo el personal y trajo a matemáticos y científicos para construir un equipo de análisis. Otros fondos de cobertura hicieron cambios similares.
"Estamos viendo una especie de bifurcación entre los fondos de cobertura, algunos se inclinan más hacia el estilo basado en los análisis cuantitativos, mientras que otros están recurriendo a un modelo más 'largo', donde son juzgados en base al rendimiento de la inversión a largo plazo" , dijo Craig Coben, jefe global de mercados de capitales de renta variable de Bank of America Merrill Lynch.
Grandes inversores institucionales también están colocando más dinero en las empresas de fondos de cobertura que utilizan estrategias calculadas por computadora.
Mientras que, en los últimos meses, la industria de fondos de cobertura sufrió la mayor pérdida trimestral desde la crisis financiera, los inversores asignan dinero en los fondos que utilizan estrategias dirigidas por computadora. En este año, los inversores colocaron US$ 7,9 mil millones en fondos de cobertura cuantitativos y el universo de los fondos de cobertura basados en estas estrategias aumentó más del doble, a US$ 900 mil millones, siendo que siete años atrás estaba por los US$ 408 mil millones, según Hedge Fund Research.
En términos más generales, el dinero que sale de la industria de fondos de cobertura en su conjunto se produce en un momento en el que el rendimiento es decepcionante. El índice compuesto de Hedge Fund Research, el indicador más amplio del rendimiento de los fondos de cobertura, hizo caer este año al índice de acciones Standard & Poor's 500, ganando solo 3,56 por ciento hasta finales de octubre en comparación con el rendimiento del 4 por ciento durante el mismo período, calculando la reinversión de dividendos.
"Francamente, esperamos que los activos se muevan de los administradores humanos a las máquinas", expresó Tony James, director de operaciones de Blackstone, a los inversores a principios de este año.
El brazo Blackstone Alternative Asset Management, que administra US$ 70 mil millones en inversiones de fondos de cobertura, es un gran inversor en empresas relacionadas con los fondos de cobertura relacionada cuantitativos y colocó miles de millones de dólares en estas empresas en los últimos años.
La división tiene ahora US$ 10 mil millones invertidos en empresas de fondos de cobertura cuantitativas, según una persona con conocimiento directo de la empresa, aunque esta no ha revelado públicamente la cifra.
Algunos observadores de la industria advierten que los fondos de cobertura que establecen nuevas unidades cuantitativas pueden estar simplemente intentando captar dinero de los inversores que están esperanzados en esta estrategia. Pero los veteranos en el mundo de cálculos cuantitativos ven a esta tendencia como una indicación de que la industria está finalmente alcanzando a otros sectores en los que la tecnología irrumpió en las empresas.
"La industria de inversión en portfolios llegó relativamente tarde a la adopción de la tecnología", sostuvo por su parte Philippe Jordan, presidente de Capital Fund Management, una firma cuantitativa de fondos de cobertura de 25 años de actividad que administra US$ 6,9 mil millones. "Las finanzas son profundamente conservadoras por naturaleza", agregó.
Capital Fund Management cuenta con 160 empleados, incluyendo 40 científicos, la mayoría de los cuales tienen PhDs en física; 75 empleados se concentran en la tecnología de la información, de los cuales 20 se ocupan de la gestión de datos. Al igual que otros tipos de fondos de cobertura, la firma cuenta con un departamento de investigación. La única diferencia es que, en Capital Fund Management, los analistas que realizan investigaciones abordan el trabajo más como académicos y las ideas son revisadas por otros expertos.
Con más dinero de los inversores yendo hacia empresas que construyen modelos para negociar, surge cierta preocupación de que estos modelos comenzarán a ser similares, y potencialmente todo resultará en un hacinamiento de compañías de la misma clase.
Eso podría ser un problema si ocurre un suceso repentino que impulsa a todas a empezar a vender al mismo tiempo, algo que sucedió durante la "crisis cuantitativa" en el verano del 2007. En apenas una semana en agosto, AQR Capital Management, DE Shaw y Renaissance Technologies fueron todas golpeadas con enormes pérdidas, ya que el mercado inmobiliario comenzó a mostrar signos de colapso. Con modelos similares y posiciones enormes, las pérdidas que cada empresa sufrió fueron amplificadas.
Shen, en BlackRock, cree que hay menos riesgos ahora. "La diversidad de los datos permite a la gente hacer un montón de cosas diferentes", dijo.
Entre tanto, en sus oficinas de San Francisco, los empleados están utilizando computadoras para crear modelos y analizar las declaraciones trimestrales de ganancias financieras corporativas. A veces, estas computadoras están "pensando" más rápido que aquellos que los están usando a ellas.
"Sin duda, las máquinas están haciendo cada vez más, por lo que los seres humanos deberían preocuparse, ya que hay un factor que podría reemplazarlos", señaló Shen.
"Pero", añadió, "en última instancia, es el ser humano el que crea la máquina y estas técnicas".