Por Antonio López
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En la última semana, la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara Baja, emitió un dictamen de rechazo para el proyecto de ley que establece el Servicio Militar Obligatorio (SMO), por considerarla anticonstitucional. Es decir que por el momento, nada mas que por el momento, ya que los "militaristas" seguirán con la intención de hacer la ley, el tema estará en el freezer. Además, una ley que reavive la obligatoriedad del SMO estaría demás ya que la propia Constitución Nacional del 20 de junio de 1992, garantiza el derecho a la objeción de conciencia en general, y en forma específica con relación al SMO, en sus artículos 37 y 129.
Y la objeción de conciencia rechaza, y con mucha razón, el militarismo, por considerar negativos los valores que lo sustentan, tales como el culto a la violencia, la sumisión, el autoritarismo, el falso nacionalismo, el machismo, la intolerancia racial y el imperialismo.
Pero no, hoy en día se está hablando y alentando (y mucho) la vuelta del servicio militar para sacar, según dicen los "militaristas", de las calles a los jóvenes que se dedican a la delincuencia y otros menesteres no muy bien vistos por la sociedad. ¿Y pretenden que con el servicio militar se solucione un tema que viene desviado desde el hogar?, creo, estoy convencido que no, sino muy por el contrario se "alimentará" una estructura militar que ya mucho daño le causa a la sociedad, sobre todo en materia presupuestaria, y con el riesgo de que una vez culminado "el cuartel" el joven salga mas violento y mas agresivo, cosas que "generalmente" es lo que "se aprende" dentro de una unidad militar.
Por otra parte, viene muy al caso un dato informativo donde se señala que "desde 1989-2012 murieron 147 jóvenes en cumplimiento del SMO y dos niños soldados desaparecidos en el Chaco, sobre algunos de estos casos el Estado paraguayo fue condenado por la Corte Interamericana de Derechos Humanos".
Enviar al cuartel a un joven para "enderezarlo" es un error que cometen solo quienes no se preocupan por los jóvenes y su educación.
Tampoco se puede dejar de mencionar que un importante porcentaje de soldados "cumplían" el SMO, cuando no existía la objeción de conciencia, como sirvientes en casa de militares de altos rangos, y de rangos menores, en algunos casos. Y con seguridad de volver a la obligatoriedad del "cuartel", esta práctica se volverá a reeditar sin "mayores problemas". Este último se contrapone claramente a lo establecido en el artículo 129 de la Constitución del 92, que sostiene en uno de sus párrafos que "el servicio militar deberá cumplirse con plena dignidad y respeto hacia la persona. En tiempo de paz, no podrá exceder de doce meses".
Mal podría entonces justificar la vuelta del SMO como método para "limpiar" las calles de jóvenes delincuentes o que se inclinen hacia la delincuencia, puesto que combatir ese mal no pasa por ese camino. El mal viene desde el mismo seno familiar, y es ahí donde se debe enseñar y aprender a comportarse decentemente dentro de la sociedad. No se puede de ninguna manera justificar la vuelta de una práctica que truncó la vida de muchos jóvenes, como una forma de "salvar a los jóvenes". No, creo que los cuarteles no alejarán a los jóvenes de las drogas, a enseñarles un oficio o una profesión, sobre todo si la base educativa del hogar viene desviada.
Y finalmente todo esto conllevará a incrementar un presupuesto a una institución que salvo "los militaristas", ven con buenos ojos. La solución no pasa por enviar a los jóvenes a ser personal de servicio de los militares, pasa sí por una educación que, bajo ninguna duda, debe nacer en el seno de la familia. Enviar al cuartel a un joven para "enderezarlo", es un error que cometen solo quienes no se preocupan por los jóvenes y su educación.