Un atentado contra uno de los hombres más poderosos de la llamada "dinastía" de Nicaragua fue ejecutado en Asunción en 1980. Anastasio Somoza Debayle, dictador de ese país, había llegado a Paraguay bajo protección de su amigo, Alfredo Stroessner.
En 1979, un levantamiento guerrillero hizo que renunciara a la presidencia e intentó radicarse en Miami, Estados Unidos, pero fue declarado persona no grata. Así buscó otro destino, primero en Las Bahamas. Logró que su aliado en la lucha "anticomunista lo recibiera.
Se instaló en Asunción, y su presencia fue manejada con absoluta reserva. Pensaba incluso realizar inversiones en el país, hasta que el 17 de setiembre de 1980, un grupo de guerrillero acabó con su vida, en un atentado que marcó a la dictadura paraguaya.
La familia Somoza había gobernado con mano de hierro desde décadas, hasta que finalmente movimientos insurgentes y ya sin respaldo de Estados Unidos (que apoyó con fuerza a los Somoza), lo obligaron a dejar el poder. Aun fuera del país, los grupos sandinistas nicaragüenses lo consideraban un hombre fuerte que podría reagrupar fuerzas para intentar volver. Además, en su haber estaba presente la muerte de numerosos nicaragüenses en su lucha contra la oposición y especialmente contra el comunismo.
Instalado en Asunción, Somoza tenía la protección de los organismos de seguridad que, sin embargo, no detectaron que se planificaba un atentado que, finalmente, cobraría su vida y la de otros dos acompañantes.
Fue un 17 de noviembre la fecha elegida por un grupo guerrillero del denominado Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP). Encabezado para esta acción por el argentino Enrique Gorriarán Merlo, el ERP asestó su golpe, en plena capital paraguaya. Eran las 09:55 de ese día, cuando un equipo comando atacó el Mercedes Benz blanco en el que viajaba el ex dictador.
Para el ataque fueron utilizadas una bazuca RPG-7, además de metralletas M-16. Se produjo en lo que hoy es la Avda. España, entre Venezuela y América, cuando un vehículo interceptó el rodado en el que viajaba Somoza, mientras desde una casa se disparó la bazuca. De acuerdo a datos brindados por el mismo Gorriarán Merlo, la operación fue denominada "Reptil" y participaron unas 10 personas, entre ellas algunas mujeres.
Además de Somoza, en el atentado murieron Joseph Baittiner, que supuestamente era una especie de asesor financiero, y su chofer nicaragüense, César Gallardo, quien quedó tendido en el asfalto, en su desesperado intento por huir. Los otros dos no tuvieron tiempo de moverse del asiento trasero. Los atacantes, según se pudo precisar luego, primero dispararon las metralletas y luego la bazuca, que finalmente dejó destrozado el vehículo y con los cuerpos inertes de Somoza y Baittiner.
A 36 años de aquel hecho, en internet se pueden encontrar documentales sobre el atentado e incluso entrevistas a Gorriarán Merlo, dando detalles de cómo fue el ataque. En un libro y concediendo entrevistas a medios de prensa, desde la clandestinidad, el líder del grupo, quien murió en 2006, cuenta cómo actuaron.
En una entrevista publicada en Página 12 de Argentina y que fue realizada un mes antes de su muerte, afirmó que el ataque no fue por venganza sino "una emboscada al jefe de la contrarrevolución".
Dice, además: "Él se escapa a los Estados Unidos, posterior al triunfo de la revolución sandinista, estaba Jimmy Carter como presidente, que fue una especie de pausa en la Doctrina de Seguridad Nacional, por lo tanto no recibió apoyo.
Por eso Somoza se va a Paraguay, por el apoyo que le da Stroessner y los vínculos del paraguayo con la dictadura argentina. Desde ahí buscó el apoyo a través de un grupo de asesores, previo acuerdo con la dictadura que en ese momento gobernaba en Honduras, para que se establecieran ahí. La Argentina le dio ese apoyo y ahí se quedaron".
Cuenta, igualmente: "Lo único que sabíamos era que estaba en Paraguay. Fuimos unos cuarenta días, para poder ubicarlo la primera vez. Después, ya de acuerdo a los movimientos que íbamos observando, fuimos buscando las distintas formas posibles de actuar, hasta que nos dimos cuenta que mantenía movimientos muy irregulares. Por esto decidimos ubicarnos en un punto fijo en un paso obligado, sin llamar la atención, a la espera de que se den las condiciones para actuar".
REACCIÓN POLICIAL
La Policía, en el marco de las investigaciones, llegó a identificar y matar a uno de los responsables del atentado, el argentino Hugo Alfredo Irurzún (apodado Santiago). Fue presentado muerto, con evidentes signos de tortura, desmentidos por las autoridades policiales. De acuerdo con la explicación oficial, el hombre fue abatido cuando intentada huir al día siguiente del atentado en un allanamiento realizado en el barrio San Vicente, de Asunción. Nunca se dieron más detalles. Los demás atacantes salieron del país. Un periodista chileno, Rafael Alejandro Mella Latorre, fue aprehendido y condenado como cómplice, pero con los años éste demostró que no tenía vinculación con el hecho y demandó al Estado. Su lucha sigue hasta ahora.
Además de la investigación policial ante tan duro golpe al sistema de Stroessner, el asesinato de Somoza generó en Paraguay una fuerte reacción del gobierno contra la oposición y especialmente contra los grupos considerados comunistas. Se realizaron redadas y el control policial en las calles se implementó con más dureza.