Mientras cientos de bomberos voluntarios (amarillos) organizan rifas o polladas para salvar el ajustado presupuesto mensual de cada compañía, el directorio nacional maneja los fondos generados y los millonarios aportes del Estado. Existen evidencias que apuntarían a graves irregularidades financieras dentro de la institución.
El Cuerpo de Bomberos Voluntarios del Paraguay (CBVP) tiene una sola personería jurídica. Dividido en cerca de 70 compañías en todo el país, su presupuesto aproximado llega a los G. 14.000 millones anuales.

De este monto, entre el 60% y 65% se obtiene gracias a ingresos genuinos (donaciones, actividades de recaudación, socios protectores, etc.) y lo restante deriva del aporte que hace el Estado paraguayo. Solamente el año pasado, el Ministerio de Hacienda desembolsó unos G. 5.016 millones para los bomberos en concepto de aporte a entidades sin fines de lucro.

Si bien son los voluntarios de las compañías quienes generan el grueso de los ingresos de toda la institución, es el directorio nacional –conformado por 13 personas y que tiene como capitán general a Rafael Valdez Peralta, quien está en el directorio hace 14 años– el único organismo autorizado y encargado para hacer uso de los fondos.

Las compañías envían sus recaudaciones de cada mes (o cada año) y, para utilizar de nuevo el dinero que enviaron, deben solicitar –vía nota de pago– el monto requerido con su correspondiente justificación. Sin embargo, y de acuerdo a decenas de versiones de bomberos que se comunicaron con La Nación Investiga tras la publicación de ayer, estos fondos tardan mucho en llegar o en algunos casos nunca son entregados a las compañías o cuarteles.

Además de los G. 5.016 millones que el Estado derivó al CBVP (Amarillo) el año pasado, un porcentaje importante debe ir a las compañías o cuarteles para la compra de equipos, infraestructura, sistema de seguridad, etc. No obstante, existen versiones de bomberos que aseguran que en los últimos dos años, no recibieron ningún tipo de equipamientos por parte del directorio nacional.

En el presupuesto de los bomberos del año pasado, unos G. 1.090 millones fueron destinados a la compra de equipos para los diferentes puestos. De esta suma, el 89% de todas las compras, es decir, G. 967 millones, se hizo con o a través de la firma Circumpunto, que pertenece a Daniel Aquino Rivas, actual tercer comandante y miembro del directorio de los bomberos. Aquino Rivas reconoció a La Nación que hasta hoy los equipos no llegaron.

El miedo

El principal problema a la hora de salir a hacer una denuncia pública contra el directorio de los bomberos es quedar marcado y a merced de lo que los miembros decidan. Tras la primera publicación de LN Investiga, que salió ayer sobre la compra de equipos "fantasma" por parte del CBVP (Amarillo), decenas de mensajes de bomberos de todos los rincones del país llegaron hasta el número de denuncia que figura en esta página.

Gran parte coincidían en algo: las situaciones "raras" y poco claras en el manejo del directorio era un secreto a voces entre los bomberos, pero el primero que se animara a denunciarlo o hacerlo público, correría la misma suerte que el hoy ex síndico titular, Gabriel Taddey, quien ayer a la mañana presentó denuncia ante la Fiscalía contra el directorio y a la tarde ya le hicieron llegar un documento mediante el cual se le da de baja como voluntario del CBVP.

Antonio Bogado es socio fundador del Cuerpo de Bomberos de Villarrica. Hace 21 años es voluntario y en su cuartel, el presupuesto es de unos G. 18 millones al mes. Para salvar esta suma, reciben un monto de la administración central (Directorio), pero el ingreso principal proviene de las actividades que realizan los 48 voluntarios operativos que operan en este lugar.

En este cuartel, tres son personal rentado y del total de los operativos, 16 son mujeres. "Estos jóvenes son ejemplares, dejan de lado otras cosas para venir a brindar un servicio a su comunidad", expresó Bogado.

El predio en el que están asentados los bomberos de Villarrica ya les pertenece. Desde que están operando, a partir de 1995, el CBVP (Amarillo) de esta ciudad lleva registrados unos 18.000 servicios ofrecidos. En mayor medida, los bomberos acuden en casos de accidente e incendio forestal. Este último acontecimiento tiene su época en jornadas de calor y principalmente en zonas de pastizales.

Don Antonio, al que se lo conoce mejor como "Chitín", se muestra orgulloso de sus años de servicio y de sus compañeros en el cuartel, aunque aseguró que no es la mejor época para los bomberos a nivel general.

"Nosotros no recibimos todavía ni un peso de lo que corresponde a nuestro presupuesto 2016. Estimo que la administración central (directorio) todavía no recibió todo lo que le corresponde del Estado. Acá en Villarrica estamos en buenas relaciones con la intendencia local, pero no tenemos ni un sólo aporte de la gobernación de Guairá. Lo mismo, nosotros hacemos cualquier actividad que sea necesaria para seguir con nuestro cuartel y brindar el servicio que la sociedad requiere", expresó.

El cuartel de Ypané y la desolación

Un contenedor que fue prestado por la municipalidad local es el "cuartel" en el que se desenvuelven los 20 voluntarios que operan en Ypané, una ciudad que cada día muestra mayor crecimiento industrial. En este puesto tienen apenas 4 cascos (que están lejos de ser los F1 de la marca MS, que supuestamente se compraron el año pasado de Circumpunto para dotar a los voluntarios amarillos) y los equipos de rescate están en pobres condiciones.

Ayer de tarde, un equipo de La Nación estuvo en el lugar y nadie estaba en dicho puesto. Los voluntarios que todavía aguantan esta difícil situación trabajan durante el día y las guardias que hacen empiezan recién entrada la noche. No obstante, se pudo saber que el predio en el que están ya pertenece a la compañía. El contenedor y una vieja carpa que sirve como "complemento", están ubicados estratégicamente a lado mismo de un taller, que generosamente provee de energía eléctrica a los rescatistas, quienes deben recurrir igualmente a los vecinos para tener agua y usar sanitarios.

Campaña contra colecta

Para los miembros del Directorio Nacional del CBVP (Amarillo), la publicación de ayer y la serie que inició LN Investiga obedece a una "campaña" contra la colecta nacional que deberá hacer esta institución. En un comunicado dado a conocer la tarde del domingo a través de sus redes sociales, acusan a un ex bombero (Richard López) de ser el principal "instigador" de esta supuesta campaña de "desprestigio".

"El Directorio Nacional ha decidido iniciar las acciones legales que correspondiere para frenar las intenciones de este expulsado oscuro personaje cuyos antecedentes múltiples están a disposición en los archivos del Tribunal de Justicia", señala parte del documento.

Finalmente, los miembros del directorio instan a los voluntarios de todo el país a mantenerse "atentos y unidos" frente a este tipo de maniobras y termina la nota con una advertencia, ya que asegura que esta acción tendrá "su justo castigo".

Dejanos tu comentario