María Alejandra Villate Migliore y Juan Andrés Pedrozo Samudio se dieron el sí ante el altar del Obispado Castrense; fueron padrinos de esta unión: Amado Villate y Rosemarie Migliore de Villate; César Pedrozo y Marga Samudio de Pedrozo.
El coro de Teresa Stipanovich acompañó musicalmente la ceremonia religiosa; luego de la misa hubo una gran fiesta en el Centro de Eventos Talleyrand Costanera. Beverly Kuhl confeccionó el traje de la novia en organza de seda natural finamente bordado; era un solero con delicados breteles, la falda caída lució terminaciones de encaje.
A modo de tocado llevó en el pelo una vincha de cristales y piedras hecha por Adri Ortiz; en sus manos portó un ramo en cascada hecho de orquídeas, lirios y rosas.
La ambientación de la fiesta estuvo en manos de Graciela Barrail de Castillo, quien se encargó del montaje de una romántica decoración. El servicio gastronómico estuvo a cargo del restaurante Talleyrand, la barra de tragos fue de Mix It, en tanto que La Vienesa montó una imponente mesa de dulces.
La animación musical estuvo a cargo del DJ Miki Prats y del grupo musical Mega Beat. Los nuevos esposos bailaron valses interpretados por Harlem Jazz. En la coordinación general estuvo Clara Costanzo. Los novios fueron a una soñada luna de miel que abarcó las tierras estadounidenses de San Francisco, Los Ángeles, Las Vegas y Hawaii.
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