William D. Cohan
No es solo una coincidencia que después de 147 años de servir a instituciones y a los ultrarricos, Goldman Sachs ha decidido comenzar a ofrecer sus servicios al hombre común: Es el oportunismo nacido de la necesidad.
Los años transcurridos desde la crisis financiera no han sido particularmente amables con la máquina de hacer dinero de Goldman Sachs –no es haya gente lamentándose por la empresa o las personas que ahí trabajan– a pesar de una mejora en la economía y un récord de financiaciones corporativas, fusiones y adquisiciones.
En los últimos tres años fiscales, Goldman ha obtenido un beneficio acumulado antes de impuestos de alrededor de US$ 33 mil millones. Por el contrario, el JP Morgan Chase, el mayor banco los Estados Unidos en valores, ha tenido ganancias acumuladas antes de impuestos de US$ 87 mil millones, casi tres veces más. En el 2007, Goldman y JP Morgan estaban mucho más igualados cuando se trataba de rentabilidad. Goldman ganó US$ 17,6 mil millones antes de impuestos en el 2007 y JP Morgan hizo casi US$ 23 mil millones.
Por supuesto, los dos gigantes de Wall Street nunca fueron particularmente comparables. JP Morgan tiene una enorme presencia de banca minorista, un gran negocio de tarjetas de crédito y un enorme negocio de gestión de activos, unido a un banco de inversión cada vez más importante. También cuenta con 236.000 empleados.
Goldman ha sido siempre en primer lugar y antes que nada un banco de inversión, con lo que trató de añadir, con diferentes grados de éxito, una empresa de gestión de riqueza, una empresa de gestión de activos y una empresa de capital privado. Cuenta con 36.500 empleados.
Esa fórmula funcionó magníficamente para Goldman durante sus primeros 138 años. Pero las cosas se complicaron desde el 2008 para Goldman, gracias a los reguladores y a los legisladores en Washington, quienes tienen la intención de asegurarse de que Wall Street nunca vuelva a tomar las clases de riesgos que condujeron a la peor crisis financiera desde la Gran Depresión.
Washington quiere que los bancos de Wall Street se parezcan más a los servicios públicos altamente regulados con ganancias que tengan un límite. Podemos debatir si esto es bueno o malo. Personalmente, estoy convencido de que los reguladores de Washington se transformaron en arbitrarios y caprichosos y están perjudicando a los minoristas, atando a Wall Street. Pero, una cosa está en claro: el tipo de riesgos inteligentes en los cuales Goldman se especializaba –haciendo grandes y extremadamente rentables apuestas con su propio dinero– ahora están prohibidos (y probablemente por un futuro previsible).
Como lo ha hecho muchas veces en su pasado para sobrevivir y prosperar, Goldman está en un proceso de reinvención. Esto explica Marcus, su nuevo negocio de préstamos online, llamado así en memoria del fundador de la compañía, Marcus Goldman, junto con GS Bank, su caja de ahorros online, sin requisitos de saldo mínimo.
Después de todos estos años, Goldman Sachs ha descubierto de repente la banca minorista. Pero no es por altruismo o caridad, ni tampoco es nefasto. Solo se trata de hacer dinero con el dinero, que siempre ha sido la especialidad de Goldman. De hecho, GS Bank y Marcus encajan elegantemente en ayudar a Goldman a encontrar nuevas fuentes de rentabilidad.
Y aquí está el porqué: En el entorno de tasa de interés Cero que la Reserva Federal ha cuidado durante ocho años, Goldman y otros bancos pueden recoger dinero –la materia prima que utilizan para hacer más dinero– prácticamente sin costo. Con la apertura de un banco online, Goldman puede recoger miles de millones de dólares en depósitos de consumo sin el costo de una sucursal física y pagar a sus clientes casi nada por su dinero.
Goldman está ofreciendo pagar 1,05 por ciento anual a sus ahorristas. Esto puede sonar como cercano a cero, y lo es, pero esa tasa es también casi 17 veces más que la tasa de interés anual del 0,06 por ciento que JP Morgan me paga en mi cuenta de ahorros.
La idea de Goldman es conseguir a gente como yo para mover mi dinero, por supuesto. Claro, la tasa del 1,05 por ciento es un señuelo, creado para atraer a miles de millones de dólares a la nueva aventura de Goldman. Y, sin duda, funcionará. Desde abril, GS Bank captó US$ 1,8 mil millones en depósitos, esencialmente, por recomendación de boca en boca.
Goldman tomará entonces esa materia prima y la utilizará para hacer más dinero, en gran parte prestándolo a través de su prestamista online Marcus, que apunta a los consumidores que desean pedir prestado alrededor de 20 mil dólares. Goldman cargará mucho más en interés a estos préstamos que el 1 por ciento que está pagando a sus ahorristas en el GS Bank.
Aunque no se conocerán sus términos hasta que Marcus salga oficialmente al mercado en octubre, piense por un momento que la tasa actual de los créditos de consumo de esta naturaleza –si Lending Club y Prosper son guías útiles– es de alrededor de 12 por ciento. Esa diferencia, ese porcentaje de 11 puntos es lo que Goldman obtendrá como beneficio.
Era una vez, hace algún tiempo, cuando las personas necesitaban alrededor de US$ 10 millones en activos líquidos o dinero en efectivo para ser clientes del banco privado de Goldman Sachs.
De acuerdo con Quora, en todo el mundo hay cerca de un millón de personas con ese nivel de riqueza de élite. Con Marcus y GS Bank, Goldman espera que millones de personas ordinarias serán una nueva fuente de riqueza. Así que, si ser cliente de Goldman Sachs es algo que le haría feliz, esta es su gran oportunidad. Solo recuerde que Goldman nunca ha sido, y nunca será, una organización benéfica.