Río de Janeiro, Brasil | AFP, por Oscar LASKI.

Neymar hizo delirar a Brasil con un oro histórico para unirse a Michael Phelps y Usain Bolt en el Olimpo de los Juegos de Rio-2016, que por momentos bajó al fango con hechos de corrupción, dopaje y falsedades.

Latinoamérica, territorio de fútbol, dio pelea en deportes clásicos como el boxeo, voleibol y algunos naúticos, pero las abismales diferencias de presupuesto con los países más desarrollados dejan a la región al costado de la carretera en muchas disciplinas.

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Casos de boxeadores que pidieron dinero en la calle para poder financiarse el viaje a Rio o atletas que no tenían ni para subir a un autobús, marcan una realidad regional que solo se disimula con los enormes esfuerzos personales de los deportistas.

Un total de 52 medallas se han colgado los deportistas latinoamericanos, menos de la mitad de las 121 que ganó Estados Unidos, el líder del medallero.

Y es menor que en Londres-2012, donde los latinoamericanos se colgaron 57 metales, aunque los oros fueron más en los primeros juegos de Sudamérica que en la capital británica: 19 a 15.

Pero en medio de la competencia, los reflectores se han corrido a menudo hacia los escándalos. En el podio están el caso de reventa ilegal de entradas que llevó a prisión al jefe del olimpismo europeo, el irlandés Patrick Hickey, el dopaje ruso que salpicó el inicio de los Juegos y los cuatro nadadores estadounidenses que inventaron un robo para zafar de un acto de vandalismo.

- Un rayo pasó por Rio -

Bolt, el hombre más veloz de la tierra, completó sus nueve medallas doradas consecutivas con un triple-triple en los 100, 200 y relevos 4x100, que también había ganado en Pekín-2008 y Londres-2012.

Solo unos pocos pueden darse el lujo de inaugurar una era. Y Bolt creó la suya. La era Bolt. Además de sus éxitos deportivos incomparables, el rayo popularizó el atletismo, llevándolo a la categoría de show. Millones de personas en el mundo estaban clavados frente a sus televisores para ver volar a esa figura por menos de diez segundos y luego disfrutar por más tiempo de su espectáculo mediático.

Parte de su show también son las declaraciones altisonantes que calientan las redes sociales y se expanden por los medios como reguero de pólvora.

"Ya no necesito probar nada más. ¿Qué más puedo probar? Soy el más grande de la historia del atletismo. Estoy tratando de ser uno de los más grandes (de la historia del deporte). Quiero estar entre Mohamed Ali y Pelé. Espero que tras estos Juegos esté en ese grupo", dijo Bolt antes de cumplir 30 años este domingo, el día de cierre de los Juegos.

Mucho menos mediática, la estadounidense Allyson Félix, de 30 años, es una gacela lanzada al oro que ya embolsó su sexta medalla dorada y en Rio-2016 se ganó un sitial en medio de las luminarias.

- Se bañó en oro -

El legendario Michael Phelps terminó su carrera bañado en oro: paró la cuenta en 23, con su última medalla 4x100m combinados del equipo estadounidense y la cosecha de cinco máximas y una de plata en Rio. Una mina de oro.

Se retira como el deportista más laureado de la historia. Seguramente deberán pasar otros 2.000 años antes que otro le arrebate la gloria, como hizo el estadounidense con Leónidas de Rodas.

El 'tiburón' de Baltimore no quería retirarse sin completar a nivel deportivo en Rio un proceso de recuperación personal que lo había dejado al borde de la piscina vacía.

- La más deseada -

Neymar llevó de la mano a seleçao a su primer oro olímpico en la historia, el único lauro que faltaba en las vitrinas de Brasil atiborradas de trofeos.

Y de todas las medallas en juego, la del fútbol masculino era la más deseada para los 200 millones de brasileños, que la necesitaban como un bálsamo para calmar las heridas del humillante 7-1 que le propinó Alemania en su Mundial.

No solo eso, la verdeamarilla venía de una sucesión de fracasos que comenzó hace dos años y continuó con las dos Copa América, la de Chile-2015 y Estados Unidos-2016.

Luego de esas frustraciones, la seleçao volvió a las fuentes del jogo bonito, el que engalanaron Pelé, Zico, Rivelino, Ronaldo y del que Neymar se perfila como el heredero.

Y la otra medalla que no podía faltar en el 'Time Brasil' es la del voleibol, el segundo deporte en popularidad en el país anfitrión.

Sin descollar, Brasil cumplió con la ley de anfitrión, que habitualmente aumenta el número de medallas debido a presupuestos abultados y programas que mejoran notablemente la preparación y rendimiento de los deportistas.

A Neymar, estrella del FC Barcelona, no hace falta presentarlo en sociedad, pero en Rio-2016 surgieron nombres prácticamente desconocidos para los brasileños.

Aunque estuvo a solo dos segundos, el canoero Isaias Queiroz no ganó oro, pero se transformó en el único deportista brasileño en ganar tres medallas en unos Juegos Olímpicos, dos de plata y un bronce. Y esa hazaña la concretó un deportista al que le extirparon un riñón cuando era niño.

De la brava favela Ciudad de Dios bajó la judoca Rafaela Silva para trabarse en lucha y darle el primer oro a Brasil, un conteo que continuó con el ignoto garrochista Thiago Braz que saltó 6,03 metros hacia el oro y dejó en plata al superfavorito francés Renaud Lavillenie.

- Con la guardia baja -

La Armada Cubana del boxeo se rehizo de varias batallas perdidas en los Juegos Olímpicos y antes del cierre sacó a relucir su prestigio mundial colgándose dos oros, para acumular tres en total en esta disciplina.

En la anteúltima jornada del boxeo Robeisy Ramírez (56 kilos) y Arlen López (75) dieron la cara por el deporte estrella de los antillanos, que suma en Rio-2016 tres preseas doradas y dos de bronce.

En Rio-2016, Cuba dejó su lugar de potencia latinoamericana para entregarle el testigo al anfitrión Brasil y ha bajado levemente su rendimiento al sumar cinco oros, dos platas y cuatro bronces, contra cinco preseas doradas, tres plateadas 3 de bronce en Londres-2012.

La vela, el judo y la esgrima completaron el abanico de oros de los antillanos.

- Café a la carta -

Si el café distingue a Colombia como su marca registrada, el ciclismo lo es en el deporte. Pero ya no solo. El país sudamericano ha diversificado su menú, ahora muy variado.

Los éxitos en la bici no vinieron del ciclismo tradicional, sino de los pedales de BMX de su estrella Mariana Pajón, bicampeona olímpica, y además desde el triple salto de la campeona mundial Catherine Ibargüen y del pesista de Oscar Figueroa, los tres oros de Colombia, que ya ubican a este país entre las cuatro potencias de la región.

- Leones hambrientos -

Argentina metió un batacazo con el oro en de Los Leones del hockey masculino, un equipo sin grandes ambiciones que llegó a Rio eclipsado por el gran ruido mediático de Las Leonas, siete veces ganadoras del Champions Trophy y dos veces plata olímpica, pero otra vez se quedaron sin el oro y en esta ocasión bastante temprano, en cuartos de final.

La judoca Paula Paretto inauguró el oro albiceleste el primer día de competiciones y el velista Santiago Lange, de 54 años, junto a la joven Cecilia Carranza, conquistó su tercera medalla en seis ediciones de los Juegos, tras los bronces logrados en la clase Tornado en Atenas-2004 y Pekín-2008 junto a Carlos Espínola.

Juan Martín del Potro revivió en Rio-2016 cuando parecía que una muñeca le iba a frustrar su carrera. Pasó al número 1 del mundo, el serbio Novak Djokovic, en primera ronda y luego despachó al español Rafael Nadal, pero ya no le dio el cuerpo para arrebatarle el oro al británico Andy Murray. Una actuación épica, que llevó a Delpo a la categoría de ídolo en Argentina.

Además Argentina despidió a su generación dorada de baloncesto, un grupo liderado por Manu Ginóbili que desbancó al Dream Team en Atenas-2004 y fue bronce en Londres-2012.

- In extremis -

"Valió la pena botear", afirmó el boxeador mexicano Misael Rodríguez después de besar la lona emocionado. "Botear" significa pedir dinero en la calle y eso es lo que hizo Rodríguez para financiar su viaje a Rio.

Su compatriota María Guadalupe González, medalla de plata en 20 km marcha, está becada en un centro de alto de rendimiento en México, pero antes de reclamar insistentemente la ayuda le habían negado en varias ocasiones...siete dólares para el pasaje en autobús.

Con Rodríguez y González, México, potencia latinoamericana, dio un salto en el medallero a último momento y regresa a casa con una colecta más decorosa, salvando lo que pudo haber sido una catástrofe deportiva con solo un bronce cuatro días antes del cierre de los Juegos.

- Vinotinto agrio -

Venezuela, con una plata y dos bronces, derrapó con su principal aspirante a oro, el esgrimista Rubén Limardo, que quedó eliminado en primera ronda sin poder defender el título olímpico que logró en Londres-2012.

Pero Yulimar Rojas brincó alto en Rio y le dio a la vinotinto la medalla de plata en triple salto, estableciendo una competencia entre sudamericanas con la campeona olímpica, la colombiana Ibargüen.

Pocas veces se ha dado que sudamericanos dominen una prueba de atletismo, el deporte rey de los Juegos.

Fue la ciclista Stefany Hernández, tercera de Pajón en BMX, uno de los que salvó el honor vinotinto junto al boxeador Misael Rodríguez, cuyo bronce sabe a oro después de haber vendido su auto para poder viajar a Rio.

- Raquetazo a los favoritos -

La tenista Mónica Puig, ídola en Puerto Rico, dio la mayor sorpresa entre los latinoamericanos de los Juegos de Rio-2016 al ganar el oro en el torneo individual femenino, convirtiéndose en la primera mujer de la región en la historia del tenis olímpico en lograrlo.

Puig venía de deambular por los circuitos de la WTA sin poder pasar de primeras o segundas rondas.

"¡Viva Latinoamérica!. La voy a representar hasta que me muera. Ojalá esto sirva para que enseñe a todas las mujeres latinas que todo se puede conseguir en la vida", proclamo la tenista de 22 años.

El taekwondista Luisito Pie le dio a República Dominicana su única medalla (bronce) en Rio y cerró su cuenta, muy lejos de las épocas de gloria de Félix Sánchez.

El guatemalteco Erick Barrondo, una de las pocas esperanzas de medalla para América Central, quedó en el puesto 50 en los 20km de marcha, después de haber hecho historia cuatro años antes colgándose la primera presea (plata) en la historia olímpica de su país.

Otra esperanza centroamericana, el atleta panameño Alonso Edward, subcampeón mundial en 2009, cerró un desempeño meritorio logrando un séptimo puesto en los 200 metros, la prueba preferida de Bolt que ganó con soltura.

Honduras estuvo a un paso de medalla con el fútbol masculino pero se derrumbó a último momento.

- Cuando positivo es negativo -

El escándalo por el dopaje de Rusia organizado desde el estado mantuvo en vilo a los Juegos de Rio hasta último momento.

Poco más de un centenar de deportistas rusos, incluido todo su equipo de atletas, fue excluido de los Juegos tras develarse un informe que hablaba de un dopaje institucionalizado en ese país.

Apelaciones, aceptaciones y rechazos de numerosos casos desviaron las miradas hacia el escándalo y dejaron al deporte fuera de los focos hasta muy poco antes del comienzo de los Juegos.

Pero otros casos de dopaje en los Juegos también irrumpieron en plena competencia: seis deportistas dieron positivo hasta la clausura de los primeros Juegos de Sudamérica.

Entre los excluidos de Rio-2016 está el halterófilo kirguiso Izzat Artykov, quien había ganado el bronce en la categoría de -69 kg. Otro medallista suspendido fue el moldavo Serghei Tarnovschi, medalla de bronce en la modalidad C1 1.000 m de canotaje.

- Durmiendo con el enemigo -

De los escándalos en estos Juegos, el del el irlandés Patrick Hickey, jefe del olimpismo europeo, tiene un lugar reservado en el podio.

Acusado de estar implicado en una red de venta ilegal de entradas para los juegos, Hickey, de 71 años, fue detenido en un lujoso hotel de Rio y tuvo que ser ingresado en un hospital tras sentirse indispuesto y temerse por algún accidente cardíaco.

La policía acusa a Hickey y otras personas de montar un esquema para embolsarse unos 3 millones de dólares con la reventa de entradas. Por ejemplo, por boletos para la ceremonia de inauguración que costaban 1.400 dólares, la red los revendía por 8.000. En total la policía ha confiscado 781 entradas.

- Atrapen al gringo -

El nadador Ryan Lochte, multimedallista olímpico, y tres de sus compañeros, inventaron la historia de un robo a mano armada para intentar encubrir una agresión a empleados de una gasolinera.

Las imágenes de las cámaras de seguridad de la gasolinera marcaron que Lochte y sus compañeros se extralimitaron en el trato a los empleados y al parecer con el alcohol.

Lochte se marcó a Estados Unidos mientras sus compañeros Gunnar Bentz, Jack Conger y Jimmy Feigen fueron detenidos en Brasil, sus pasaportes retenidos y luego liberados.

Lochte luego se disculpó pero la prensa estadounidense lo crucificó:

"Al presentarse como víctimas, Lochte y sus amigos muestran el mismo aire de superioridad que Donald Trump: EEUU es el Nº 1 y su tercermundista república bananera es incivilizada comparada con nosotros", subrayó el Miami Herald.

- Desinterés olímpico -

En el país del fútbol y un poco más abajo, también del voleibol, los estadios en Rio lucieron semivacíos en la mayoría de las disciplinas.

Ni para los 100 metros, la prueba reina de los Juegos y con el carismático Bolt en acción, se completó el aforo del estadio Olímpico.

El Maracaná en la final que el sábado Brasil ganó ante Alemania, y el Maracanazinho donde el anfitrión se colgó el oro en la jornada clausura ante Italia, los aforos se completaron, como era previsible. Son los deportes de mayor arraigo en Brasil y las medallas más esperadas.

Las graderías de las arenas no estaban tan desoladas cuando competía algún brasileño con posibilidades de medalla o con los argentinos, que llegaron en gran número por la cercanía geográfica.

"Ha sido una pena, sobre todo en los primeros días de los Juegos. Los estadios no estaban llenos por diferentes razones. La venta de entradas fue un poco baja antes de los Juegos. En los primeros días aún teníamos algunos problemas en los accesos y el transporte a las sedes", admitió el presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), Thomas Bach.

La llama que no ha brillado en las sedes de competición se ha apagado, la fiesta culmina y Brasil vuelve a la realidad, a su cruda realidad.

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