Randall Smith

Cuando el inversionista activista Carl C. Icahn compró el 15 por ciento del fabricante de productos orgánicos y naturales Hain Celestial en el 2010, el jefe de la compañía se dirigió en busca de consejo al banquero de Wall Street del mismo Icahn, Richard Handler, director general del banco de inversión Jefferies.

Cuando Icahn decidió vender esa participación, obteniendo pingües ganancias tres años después, Jefferies fue el comprador. Y rápidamente revendió las acciones a sus clientes en dos partes, por un total de 611 millones de dólares.

En los seis años transcurridos desde que los reguladores obligaron a los bancos de Wall Street a controlar sus riesgos, Jefferies ha mostrado un gran apetito por los riesgos y una serie de relaciones que rivalizan con las de las grandes firmas de Wall Street.

La institución no recibió del gobierno nada de dinero como rescate financiero. Y ahora, como subsidiaria del conglomerado Leucadia National, Jefferies no está sujeta a las restricciones en transacciones y a los requerimientos de capital impuestos a los bancos de inversión que sí recibieron fondos del rescate. Eso le da margen para hacer maniobras más arriesgadas que las de algunos de sus colegas más grandes.

Aunque los 37.000 millones de dólares en bienes de Jefferies son minúsculos al lado de gigantes de Wall Street como Goldman Sachs con sus 878.000 millones, su participación en las negociaciones de Wall Street se ha duplicado desde el 2006. Además, Leucadia "puede expedir un cheque significativo de valores en cualquier momento", asegura Chris Kotowski, analista de Oppenheimer.

Jefferies y Leucadia obtuvieron ganancias de una inyección de valores de 125 millones de dólares "rescate", que ayudó a salvar a Knight Capital en el 2012; de un rescate por 300 millones de dólares del corredor de divisas en línea FXCM en el 2015; y una participación de 23 por ciento para estabilizar la propiedad de HRG, residuo del fondo de cobertura Harbinger Capital. Leucadia casi triplicó su dinero en las tres participaciones, según reportes de la compañía.

Sin embargo, algunos de los riesgos han resultado contraproducentes. Leucadia, que compró a Jefferies en el 2012, ha registrado pérdidas desde entonces por la exposición del banco a la energía, los bonos chatarra y a Bache, división de mercancías que le compró a Prudential en el 2011 y le vendió a Société Générale el año pasado.

A lo largo del año pasado, las acciones de Leucadia cayeron 46 por ciento respecto de su punto culminante alcanzado en mayo del 2013, mientras que las de otras trece empresas ganaron un promedio de 14 por ciento.

Este año, a pesar de luchar contra la volatilidad de los mercados, Leucadia las superó conforme los resultados empezaron a repuntar. En Jefferies, las ganancias del segundo trimestre, que terminó en mayo, fueron 10 por ciento más bajas que en el mismo periodo del año anterior, pero resultan favorables si se comparan con la pérdida de 167 millones de dólares del primer trimestre.

Handler, que fue nombrado director general de Jefferies en el 2001 y presidente de la junta directiva al año siguiente, no busca la atención de los medios. Bajo su dirección, las acciones de Jefferies tuvieron el mejor desempeño de cualquier banco de inversión durante el 2012, precisó Kotowski, saliendo relativamente indemne de la crisis financiera, en parte por haber vendido 14 por ciento de sus acciones a Leucadia a principios del 2008.

Los riesgos de banca de corretaje y mercantil que ahora corre la empresa no son más grandes que los de otros corredores de Wall Street, asegura gente dentro de la empresa. Jefferies afirma que ha reducido su apalancamiento, la proporción de bienes con respecto del capital de valores, de 17 en el 2010 a 10 en la actualidad. El nivel actual está por debajo del de sus competidores, asegura el servicio de inversionistas de Moody.

Este año, los intereses de Jefferies en el pujante campo de tecnología financiera la volvieron a poner bajo los reflectores. Jefferies ha armado paquetes de préstamo para revenderlos a inversionistas, con establecimientos de crédito incipientes como Avant, CircleBack Lending y OnDeck. La firma está en el quinto lugar en la suscripción de tales paquetes de préstamos, de acuerdo con PeerIQ, que rastrea los préstamos en el mercado. Jefferies también ha asumido participaciones de tipo de capital de riesgo en dos empresas crediticias de tecnología financiera, Affirm y Bond Street.

Jefferies también está relacionado con Lending Club, el prestamista de igual a igual que ha estado en problemas desde que una investigación interna reveló irregularidades en la venta de préstamos y por un problema de divulgación, que provocó la destitución de su director general en mayo. Unos 22 millones de dólares en préstamos vendidos a Jefferies no cumplieron con los criterios del banco de inversión y la compañía los volvió a comprar.

Pero Jefferies acabó encabezando un convenio para hacer paquetes de préstamos de Lending Club para los inversionistas. El 8 de agosto, Lending Club anunció que el acuerdo por 134 millones de dólares tuvo tres veces la demanda necesaria de los inversionistas. Este fuerte interés surgió a pesar de que todo el sector de préstamos de mercado había sido afectado por las turbulencias de este año, cuando las tasas de los nuevos préstamos aumentaron en razón de la alta morosidad en los pagos.

Los bienes de Leucadia no relacionados con Jefferies son un revoltijo en el que encontramos una compañía italiana de banda ancha, un fabricante de redes de plástico, distribuidores de autos, vendedores de madera y de bienes raíces. Y todavía no se conoce el resultado de los más de 500 millones de dólares en inversiones después de la fusión en los campos de energía y minería de oro, así como de otros 500 millones en fondos de cobertura.

Ted Hart, que analiza las acciones financieras en Tufton Capital Management en Baltimore, asegura que la nueva Leucadia, con Jefferies como centro, está muy relacionada con el mercado de deuda de alto rendimiento. En su vida anterior como conglomerado multi-industrial, "si a un negocio no le estaba yendo bien, había otro que podía compensarlo", precisó Hart.

Pero ahora, advierte, "la perspectiva de Leucadia es un poco la perspectiva del mercado de alto rendimiento, que no es muy halagüeña. Con el precio del petróleo tan bajo, Leucadia podría seguir batallando en la suscripción y el corretaje de deuda de alto rendimiento. Parece barato si juzgamos por la relación del precio y el valor en libros, pero es una compañía enteramente diferente".

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