El Tribunal Electoral de Nicaragua entregó este viernes al presidente Daniel Ortega el control total del Parlamento, al despojar a los diputados de la oposición de sus escaños. El mandatario nicaragüense consolida así todo el poder en su figura, con tintes cada vez más autoritarios, e impone un régimen de partido hegemónico en el país centroamericano.
El fallo del tribunal ordena a la directiva de la Asamblea Nacional el despojo de los escaños a los diputados que fueron electos en el 2011 por el PLI, que comandaba el líder opositor Eduardo Montealegre.
El 8 de junio, la Corte Suprema ya había despojado a Montealegre de la representación legal del partido. Con aquella decisión, la justicia nicaragüense dejaba a la oposición sin una casilla electoral para participar en las presidenciales de noviembre, en las que Ortega, del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), será el único candidato importante.
La Corte entregó la representación del Partido Liberal Independiente (PLI) a un político de poca monta que hasta entonces era desconocido en Nicaragua, Pedro Reyes, quien exigió obediencia a los 20 diputados elegidos en el 2011 por el PLI y su aliado, el Movimiento Renovador Sandinista (MRS).
Estos representantes opositores –que desde su elección han denunciado desde el Parlamento las arbitrariedades de Ortega, convirtiéndose en una voz incómoda para el presidente– se negaron a obedecer a Reyes, al que consideran un "aliado silencioso" de Ortega, y éste pidió al Tribunal Electoral que los despojase de sus escaños, decisión que tomó el jueves.
De esta manera, Reyes pasa a las páginas de la historia de Nicaragua como el político que entregó todo el poder a Ortega, considerado por la oposición como un mandatario autoritario que quiere imponer una nueva dinastía familiar en el país, que no logra sacudirse un pasado de opresión, dictaduras y guerras.
Unos 28 diputados
quedan sin escaños
Unos 28 diputados opositores nicaragüenses fueron despojados de su escaño por un alegado desacato al partido bajo cuya bandera fueron electos y les deja sin espacios legales de lucha, dijeron fuentes políticas.
Aunque los destituidos no han sido notificados de la decisión, la administración de la Asamblea Legislativa les dijo que ya no recibirían salario ni podían ocupar espacio en el edificio del congreso, informó la AFP.
La oposición considera que la acción del CSE responde a maniobras del presidente Daniel Ortega para debilitar posibles rivales de cara a los comicios de noviembre, en los que el mandatario aspira a la reelección.
"Ortega, mostrando su verdadero rostro de dictador, mandó a destituir a 16 diputados (propietarios) opositores que no se le doblegaron, ni se vendieron", escribió en su cuenta de Twitter la disidente sandinista Dora María Téllez.