Steven Solomon Davidoff
Jeffrey Katzenberg, director ejecutivo y accionista de control de DreamWorks Animation, logró para sí un buen acuerdo paralelo a expensas de los accionistas de DreamWorks, de acuerdo con una reciente demanda presentada en la Corte de Delaware sobre la venta de la compañía a la NBCUniversal, de Comcast, por 3,8 mil millones de dólares.
La demanda se centra en la proporción de la propiedad de Katzenberg en DreamWorks, que tiene dos clases de acciones.
Las acciones de clase B con 15 votos cada una y las acciones de Clase A con un voto cada una. Katzenberg posee todas las acciones de clase B. Junto a sus acciones de Clase A, tiene 60 por ciento de los votos en DreamWorks, a pesar de ser dueño de tan solo el 11,5 por ciento del total de acciones en circulación.
Esto se convirtió en un hecho importante en las negociaciones sobre la venta de DreamWorks. De acuerdo a los documentos presentados ante la Comisión de Valores, DreamWorks había estado en conversaciones para venderse a sí a una firma de capital privado por el valor de 35 dólares por acción. Katzenberg habría mantenido una función de administración y retenido la propiedad de la nueva compañía privada.
El acuerdo estaba cerca de ser completado, bajo los términos mencionados, cuando Comcast apareció en escena en abril con una oferta más alta.
Katzenberg, a través de su control de voto, tiene la capacidad de aprobar o rechazar cualquier transacción. Comcast aceptó pagar 42 dólares por acción, pero solo si Katzenberg proporcionaba su consentimiento para la operación por escrito inmediatamente después de la firma del acuerdo. Esto significaría que Comcast obtendría una transacción preferencial, a costa de excluir a todos los otros ofertantes de cualquier propuesta.
En contraste, la firma de capital privado estaba pagando menos, pero habría permitido votar en la operación a los otros accionistas y hubiera hecho a un lado un período en el que otros podrían hacer ofertas. Pero, Comcast específica y repetidamente afirmó durante las negociaciones que solo pagaría este mayor precio si Katzenberg inmediatamente aprobaba la transacción.
Este tipo de consentimiento, que evita todas las demás ofertas de la competencia, es válido en virtud de la ley de Delaware.
Al anunciar la venta de DreamWorks, Katzenberg aprobó la transacción. El acuerdo está a la espera de las aprobaciones regulatorias antes de completarse, pero es un hecho consumado.
Había un segundo acuerdo, sin embargo. A diferencia de la transacción con la firma de capital privado, Katzenberg se separaría de Comcast con la excepción de una sección. Aceptó proveer servicios de consultoría durante dos años para una nueva filial de Comcast que albergará dos divisiones de DreamWorks, AwesomenessTV, una compañía de entretenimiento vía internet, y DWA Nova, que proporciona tecnología de animación en 3-D.
A cambio de este acuerdo de consultoría de dos años, Katzenberg recibirá un 7 por ciento de las ganancias de la empresa a perpetuidad.
Y esto parece ser un acuerdo bastante sabroso. Es una reminiscencia de uno de los cortes más grandes jamás logrados en el sector del entretenimiento.
En 1987, Universal Studios concedió a Steven Spielberg el derecho a perpetuidad de recibir 2 por ciento de los ingresos de Universal Studios, en Florida y Japón, a cambio de servicios de consultoría. Se estima que los pagos de esta increíble oferta se acercan a 50 millones de dólares al año y que Spielberg ya ha recibido más de mil millones de dólares.
El pago probable para Katzenberg no sería tan jugoso, pero, aun así, AwesomenessTV fue valorada en 650 millones de dólares en una reciente ronda de financiación.
Este es el objeto de la demanda. Bajo la ley de Delaware, un accionista de control está autorizado a recibir una cantidad mayor para la venta de acciones que los demás accionistas. DreamWorks, anticipándose a este problema, tiene en su estructura legal el siguiente lenguaje para la eventualidad de una venta:
Cada acción ordinaria tendrá derecho a recibir un tratamiento equivalente (como se define en el presente documento) sobre una base por acción. Tal como se lo utiliza aquí, el término "tratamiento equivalente" significará la consideración de la misma forma, en la misma cantidad y con los mismos derechos de voto sobre una base por acción.
La demanda alega que el contrato de consultoría viola el requisito de que todos los accionistas deben recibir una cantidad equivalente en una venta.
Pero la persona que redactó esta disposición en la estructura legal de DreamWorks también anticipó este argumento. Se establece específicamente que cualquier consideración que debe pagarse o recibirse en una venta para empleo, consultoría, despido u otra medida no debe ser incluido en la determinación de "consideración equivalente".
Esto parece poner fin al asunto de que Katzenberg está, después de todo, recibiendo una compensación en virtud de un contrato de trabajo. La exigencia de igualdad de pago exime a los acuerdos de consultoría y de empleo.
Sin embargo, podría no ser tan simple. El demandante sostiene que los abogados están simplemente tratando de eludir los requisitos y que el "acuerdo de consultoría" es una compensación disfrazada por las propias acciones. Katzenberg iba a recibir la propiedad de la empresa privada y ventajas en el acuerdo de capital privado. Esta es otra manera de pagar esa cantidad.
Como prueba de esta afirmación, el demandante apuntará a la potencialmente alta remuneración que Katzenberg podría recibir y a la corta duración del trabajo de consultoría, y al hecho de que el acuerdo tiene los atributos de valor. Por ejemplo, si Katzenberg muere, el interés confiere inmediatamente. Además, existen disposiciones para que Katzenberg liquide la cantidad y reciba un pago único en efectivo por su valor futuro.
Sin duda, los abogados prepararon esto cuidadosamente para hacer que el contrato de consultoría luzca lo más independiente posible. El resultado de esta demanda dependerá de si el demandante puede documentar que esto es de hecho una compensación disfrazada. Y sin duda, Katzenberg argumentará que el precio –muy por encima de lo que la firma de capital privado habría ofrecido– demuestra que el dinero no fue dejado sobre la mesa.
De manera más general, una vez más destacamos problemas con las acciones de clase dual que benefician a un solo accionista (el tema podría ser una serie de opiniones). Cuando DreamWorks vendió por primera vez acciones al público en el año 2004, esta disposición se puso en función para evitar que un controlador como Katzenberg se beneficie a expensas de los demás accionistas. Katzenberg controla la votación, pero solo alrededor del 11,5 por ciento del capital, una motivación para él para tratar de obtener ventajas de este diferencial.
El acuerdo de consultoría parece bastante substancioso y justamente del tipo de ventajas que esta disposición estaba tratando de evitar. Puede que no viole los estatutos, pero Katzenberg parece estar bien parado para mostrar que no viola el espíritu de esta disposición. Es otro punto negro en las acciones de voto de clase dual.