Se cumple un año de la visita del Papa Francisco y Pedro Kriskovich, periodista dedicado al área religiosa comentó -a La Nación- que "grandes enseñanzas dejó su palabra y su paso por el país".

Haciendo un resumen de lo que fue ese evento en el país, consideró que el Papa es un "gran comunicador, es consciente de la fuerza de sus palabras y no se limitó en nada, no tuvo problemas de decir las cosas por su nombre, de hablar de problemas de la vida real".

Tras los 3 días que el Papa estuvo en el país, dijo que "quedó muy contento" tras la visita en la que recordó a "la gloriosa mujer paraguaya, su fe, las villas en las que compartió la miseria por la que pasan muchos paraguayos".

Sobre los temas actuales abordados por Francisco recordó que habló de la dictadura, de la indiferencia: el no vivir anesteciados ante los problemas del mundo.

Otro de los puntos que recordó Kriskovich es como el Sumo Pontífice se dirigió constantemente a los jóvenes, a los chicos de secundaria. Les dijo en el polideportivo Cristo Rey que "no se puede ver jóvenes jubilados".

"Esos chicos se inspiraron en las palabras de Francisco para aplicarlos en cambios en la educación tanto a nivel medio como en el caso de Unanotecalles", señaló.

El periodista resaltó también el mensaje que dejó el Sumo Pontífice en el León Condou. Allí, Francisco se expresó en términos más políticos y pidió a los creyentes que vean el mundo más allá de las ideologías. Hizo críticas a todos los sectores y pidió tener en cuenta la autocrítica para todo lo que hagamos.

Kriskovich había realizado un material periodístico -en el portal Aleteia- sobre lo que dejó la experiencia de tener a Francisco en Paraguay. Destacó que Paraguay fue el país con el mejor recibimiento que le han hecho al Papa Francisco. Al respecto agregó que fue "sin fastuosos honores militares, sino con la alegría y el color de las danzas juveniles, junto al canto de los niños, en español y guaraní".

El periodista -que fuera parte de la delegación que lo acompañó en el vuelo de retorno al Vaticano- había expresado en su artículo que tras la partida del Papa quedaba "la nostalgia de los días de su presencia y el compromiso de poder construir aun con aquellos destellos de alegría lo que tanto anhelan nuestros pueblos".

Al recordar un año de aquella visita memorable, Kriskovich señaló que hay una llama que empezó a encenderse y despertó un camino para conseguir con frutos de sus palabras, gestos y acciones en la construcción de nuestra historia.