Al club Cerro Porteño le salieron bien los últimos jugadores uruguayos que llegaron en calidad de refuerzos.

El lateral izquierdo Walter López llegó en el 2012 y fue campeón con el Ciclón en ocasión del torneo Apertura, en coincidencia con el centenario azulgrana. Su temperamento le jugó en contra varias veces. Jugaba al límite, proclive a las expulsiones. Aportó lo suyo en un año de permanencia, donde mayormente lo dirigió su compatriota Jorge Fossati.

El carrilero Matías Corujo estuvo más tiempo en Cerro y también fue campeón en el Clausura 2013, en aquel entonces bajo la conducción de Francisco Arce. Marcó un par de goles y había sido muy utilizado desde su llegada por los demás entrenadores.

El último fue el zaguero central Diego Lugano, aunque éste estuvo solo seis meses. Anotó cinco goles y se retiró antes de tiempo, luego de haber participado de la finalísima del año pasado frente a Olimpia.

La directiva azulgrana hoy apuesta fuerte al temperamento de otro charrúa. Álvaro Pereira de 30 años, seleccionado de su país, es el elegido para cubrir el sector izquierdo en función de lateral.

Una posición en la que mayormente alternó Júnior Alonso, quien cumplió regularmente, pero siempre improvisado, pues su lugar de origen es la zaga central, donde a partir de ahora será utilizado por el DT Gustavo Morínigo.

Cerro Porteño tiene la palabra de Álvaro Pereira, de Estudiantes de la Plata, que inicialmente sonó para reforzar Boca Juniors, pero que finalmente llegaría este martes para firmar su contrato y de inmediato unirse al plantel en calidad de cuarto refuerzo, tras Ignacio Don, Marcos Cáceres y Pablo Velázquez.

Completado el préstamo en el Getafe, Pereira viajó a los Estados Unidos para la Copa América Centenario, competencia de la que participó con el seleccionado uruguayo. Luego volvió a Argentina y se reincorporó a los entrenamientos de Estudiantes. Ahora, está para continuar con su carrera en el fútbol paraguayo.

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