Amy Gallo
Cuando usted ha decidido discutir una dificultad con algún colega, es tentador tener la conversación de inmediato. Sin embargo, cuando se habla respecto a un conflicto, las emociones suelen elevarse y pueden llevar a un debate contencioso. Prepararse de antemano le ayudará a mantenerse tranquilo, incrementará las probabilidades de una conversación suave y mejorará la solución.
He aquí algunas cosas que usted puede hacer para prepararse mentalmente:
-Revise su mentalidad: Usted podría sentirse nervioso, estresado o preocupado antes de una discusión difícil. Para minimizar esas emociones piense respecto a ella como si fuera una conversación regular. Sea honesto respecto a qué tan difícil podría ser, pero encuádrela tan positivamente como sea posible. Podría decirse a sí mismo: será una discusión normal, y quizá tengamos que hablar sobre cosas difíciles, pero la resolveremos juntos.
Usted también debería enfocarse en lo que puede ganar. Al entrar la discusión con una mente abierta, tiene mayores probabilidades de encontrar terreno común con su compañero.
-Imagine la perspectiva de su contraparte: Trate de tener una idea respecto a lo que su colega está pensando. Hágase a usted mismo preguntas como, "¿qué haría yo si fuera él?", y, "¿qué está tratando de lograr?". Si usted quiere resolver el tema, necesitará una idea respecto a cuál es la meta de su contraparte. Identifique lugares donde estén de acuerdo respecto a los temas. Este terreno en común le dará la base para la solución del problema. Si usted no tiene idea, pregúntele un colega lo que él cree que pasa por la mente de su contraparte.
No sabrá todo antes de tiempo, así que piense en qué preguntas plantearle a su contraparte. Esto mostrará que usted se preocupa lo suficiente respecto a su perspectiva para pensarla de antemano y descubrir más acerca de cómo ella ve la situación.
-desahóguese: Antes de la discusión, encuentre un amigo o colega de confianza que pueda escucharlo quejarse. Sin embargo, sea cuidadoso de a quién elige para desahogarse. Encuentre alguien que tenga un efecto calmante y haga preguntas útiles. Al sacar sus sentimientos de antemano, estará más centrado para la discusión.
(Amy Gallo es una editora que contribuye con Harvard Business Review. Este artículo se adaptó a partir de la "HBR Guide to Managing Conflict at Work").