Robots humanoides e incluso peluches robotizados para charlar y estimular cognitivamente a ancianos y enfermos, junto a otros con habilidades de camareros, guías o asistentes en museos han desfilado en RoboCity16, una cumbre de referencia internacional, que se realizó recientemente en Madrid, España.

Esta plataforma, que involucra a unos 200 investigadores cumple justo este año una década en funcionamiento, y está financiada por la Comunidad de Madrid, cofinanciada por Fondos Estructurales de la Unión Europea, y además cuenta con una treintena de empresas asociadas.

Aunque los robots son aún torpes en fluidez de movimientos y se enfrentan al complejo desafío de manejarse de forma natural en espacios desconocidos o con trabas imprevistas, los avances en robótica de servicio, para interactuar cada vez más con los humanos, fuera de espacios cerrados como los industriales, están siendo enormes, han coincidido los expertos.

El espíritu de este consorcio que involucra a tantos grupos de investigación, con el apoyo de autoridades, empresas e inversores es fundamental para avanzar en proyectos de tanta envergadura como los relacionados con la robótica para el ciudadano, ha asegurado Balaguer, que es además catedrático del prestigioso Laboratorio de Robótica de la UC3M.

Esta universidad ha acudido a la conferencia con robots tan populares como Teo, uno de los primeros humanoides bípedos a escala humana en Europa, que está siendo entrenado en la actualidad para manejarse como camarero llevando comida y bebida, según explicaron expertos en la materia.

Más allá de la dificultad de caminar como un humano, algo realmente complejo para los robots en terreno no llano, este humanoide de 1,7 metros de altura y más de 60 sensores, además de 28 motores o grados de libertad, está aprendiendo a moverse con una bandeja, sin que se le caiga lo que va encima, han añadido las fuentes.

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