São Paulo, Brasil. AFP.

La suspendida presidenta brasileña Dilma Rousseff habría pedido al empresario Marcelo Odebrecht –condenado por la trama de corrupción en Petrobras– un aporte de 3,4 millones de dólares para la contabilidad paralela de su campaña a la reelección en el 2014, publicó la prensa local.

El ex presidente ejecutivo del grupo Odebrecht confesó a la justicia, en el marco de un acuerdo para colaborar con la investigación del caso Petrobras, que en una reunión privada Rousseff le pidió 12 millones de reales (unos 3,4 millones de dólares al cambio actual) para traspasar a su publicista João Santana y al partido PMDB, entonces su aliado, según un reportaje de la revista Istoé. De manera oficial, el grupo –el mayor de construcción e ingeniería en Brasil y América Latina– ya había donado 14 millones de reales.

El encuentro entre Rousseff y el empresario habría ocurrido en octubre del 2014, después de la primera vuelta de la elección presidencial.

Marcelo Odebrecht está preso desde hace un año y en marzo fue condenado a casi 20 años de cárcel por su participación en el caso Petrobras, una trama corrupta entre políticos y empresarios que costó más de 2.000 millones de dólares a la empresa estatal. Junto a otras grandes compañías brasileñas Odebrecht está acusada de formar un cartel para amañar contratos con la petrolera a través del pago de sobornos a altos jefes de Petrobras y a políticos, en un caso que tiene contra las cuerdas a buena parte de la élite política y empresarial local. La revista Veja publicó, de su lado, que la mandataria está en "el blanco" de las revelaciones que Marcelo Odebrecht realizará a la justicia en el acuerdo de "delación premiada" que selló a fines de mayo para obtener beneficios ante la justicia, un mecanismo al que han recurrido muchos de los acusados a cambio de una reducción de sus sentencias.

MATERIAL A1 RECUDRO

Reelección con dinero depositado en el exterior

Según Veja, atribuyendo la información al empresario, la reelección de Rousseff fue financiada con dinero depositado en cuentas en el exterior y no declarado a las autoridades electorales.

En una nota en las redes sociales criticando "las nuevas calumnias de la prensa", Rousseff reaccionó insistiendo en que "jamás intercedió personalmente junto a ninguna persona o empresario buscando beneficios financieros para sí u otra persona".

El escándalo de Petrobras, sin precedentes en Brasil, contribuyó a profundizar la crisis política que derivó el 12 de mayo pasado en la suspensión de la presidenta para ser sometida a un juicio político en el Congreso por maquillaje de las cuentas públicas. En su lugar asumió el hasta entonces vicepresidente Michel Temer, del centrista PMDB.

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