El nuncio apostólico de la Santa Sede ante nuestro país, monseñor Eliseo Ariotti, precisó que el "caso (de Carlos Ibáñez) estaba en conocimiento desde hace un año y que se recogieron elementos para poner a conocimiento de las autoridades. Se alertaron, pero quiero determinar que nunca fue presentada en Paraguay una denuncia (contra Ibáñez)", enfatizó y añadió que las autoridades eclesiales están haciendo todo lo posible para luchar contra estos casos y aclarar la situación tan penosa de "este problema moral".
Ariotti pidió que no se instaure "un momento de vamos a buscar ahora a los culpables", ya que la actitud debería ser "intentar colaborar con la madurez de la vida eclesial, encontrar los problemas, mejorar la situación". También subrayó que la voluntad de la Iglesia y de las autoridades es luchar contra "esta llaga de la sociedad".
El representante de la Santa Sede instó a no generalizar y decir que todos los sacerdotes son así, porque "esta sería una generalización falsa". Para él, "el problema es de todos, humanitario, de sentido común, de justicia social, como tantos otros problemas de estos días. Estamos juntos en el camino para mejorar este mundo y nuestro país sobre todo", aseveró.
Antes de finalizar su alocución, Ariotti agradeció a quienes alertaron del caso Ibáñez y recalcó que las cosas deben verse con sentido positivo, no solo pesimista. "¿Qué hacemos para proteger? Es ahí donde debemos mejorar todos", sentenció.
Confiados e inocentes
El arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, recordó que a partir del protocolo de denuncias de abusos sexuales contra el clero, contra un sacerdote, tienen una manera muy clara de actuar. "En el pasado, las formas eran diferentes, pero desde que el papa Francisco y el papa Benedicto determinaron tolerancia cero, nosotros también, como Iglesia, nos movemos en ese campo", precisó.
Valenzuela añadió que entrarán en contacto con el monseñor Samuel Joffré, de Villa María, Córdoba, Argentina, de modo tal que él asuma un poco esta responsabilidad sobre el caso Ibáñez. "Es un problema de su diócesis. El problema nuestro es que no conocíamos el documento por el que Ibáñez fue suspendido 'ad divinis'. No lo conocíamos. Por supuesto, conocíamos al padre, pero no conocíamos lo que él escondía. Le pedimos (a Joffré) que nos envíe ese decreto de 1999", manifestó.
El arzobispo de Asunción pidió disculpas y reflexionó que los paraguayos deberían ser más suspicaces con los foráneos. "Pedimos disculpas porque somos muy inocentes. A veces somos muy inocentes. En Paraguay confiamos demasiado en la gente, más todavía cuando es extranjero. No confiemos mucho. Aprender a ser más suspicaces, más atentos con los que vienen de afuera", concluyó.