El Nuncio Apostólico de la Santa Sede ante nuestro país, monseñor Eliseo Ariotti, dijo esta mañana en conferencia de prensa que las autoridades eclesiales estaban al tanto del caso del sacerdote
(investigado por denuncias de abuso sexual de al menos 10 jóvenes en Bell Ville, provincia de Córdoba, Argentina) desde hace un año y que se activó el protocolo de referencia.
"Este caso estaba en conocimiento desde hace un año y se recogieron elementos para poner a conocimiento de las autoridades. Se alertaron, pero quiero determinar que nunca fue presentada en Paraguay una denuncia (contra Ibáñez)", dijo inicialmente Ariotti.
Añadió que las autoridades eclesiales "está haciendo todo lo posible para aclarar, para luchar contra estos casos y aclarar la situación tan penosa de este problema moral."
"No debemos instaurar un momento de vamos a buscar ahora a los culpables. Debemos intentar colaborar con la madurez de la vida eclesial, encontrar los problemas, mejorar la situación", agregó el representante de la Santa Sede.
"La voluntad de la iglesia y de las autoridades eclesiales es luchar contra esta llaga de la sociedad a fin de que el pueblo fiel sea no solo protegido. No podemos generalizar y decir que todos los sacerdotes son así. Una generalización falsa", ponderó también Ariotti.
"El problema es de todos, humanitario, de sentido común, de justicia social. Como tantos otros problemas de estos días. Estamos en el camino juntos para mejorar este mundo, nuestro país sobre todo. ¿Qué hacemos para proteger? Es ahí donde debemos mejorar todos. Agradezco a quienes nos han alertado. Debemos ver las cosas con sentido positivo, no solo pesimista", expresó asimismo el prelado.
"Confiados" e "inocentes"
A su vez, el arzobispo de Asunción, monseñor Edmundo Valenzuela, recordó que "desde el protocolo de denuncias de abusos sexuales contra el clero, contra un sacerdote, nosotros tenemos una manera muy clara de actuar."
"En el pasado las formas eran diferentes. pero desde que el Papa Francisco y el Papa Benedicto hayan determinado tolerancia cero, nosotros también como iglesia nos movemos en ese campo", amplió Valenzuela.
Añadió que entrarán en contacto con el monseñor Samuel Joffre, de Villa María, Córdoba, Argentina, de modo tal que él asuma un poco esta responsabilidad.
"Es un problema de su diócesis. El problema nuestro es que no conocíamos el documento por el cual él (Carlos Ibáñez) fue suspendido 'ad divinis'. No lo conocíamos. Por supuesto, conocíamos al padre, pero no conocíamos lo que él escondía. Le pedimos que nos envíe ese decreto de 1999", refirió Valenzuela.
"Pedimos disculpas porque somos muy inocentes. A veces somos muy inocentes. En Paraguay confiamos demasiado en la gente, más todavía cuando es extranjero. No confiemos mucho. Aprender a ser más suspicaces, más atentos con los que vienen de afuera", finalizó el arzobispo de Asunción.