El omeprazol es el fármaco genérico más prescrito en España, con más de 54 millones de envases vendidos en el 2013, según datos del propio Ministerio de Sanidad. Sin embargo, hace algún tiempo que los médicos vienen alertando del alegre consumo que se hace de este medicamento que no está exento de riesgos. La última de estas advertencias procede de un trabajo estadounidense que relaciona su consumo a largo plazo con problemas serios de riñón.

Este medicamento de la familia de los llamados inhibidores de la bomba de protones (IBP) funciona reduciendo la cantidad de ácidos gástricos que produce el estómago. Este blockbuster se emplea para aliviar síntomas como la acidez o el reflujo gastroesofágico, la hernia de hiato y también para prevenir las hemorragias gastrointestinales que pueden causar algunos antiinflamatorios.

Un estudio que acaba de publicar la revista Journal of the American Society of Nephrology advierte de que este compuesto, sobre todo cuando se toma prolongado en el tiempo, puede ocasionar una reducción en la función renal, enfermedad renal crónica y fallo renal grave.

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Para extraer estas conclusiones, con importantes consecuencias de salud pública, como ellos mismos alertan, los investigadores analizaron los datos de casi 200.000 pacientes de la base de datos de veteranos del ejército de EEUU (Vterenas Affairs). De ellos, 173.000 eran consumidores de omeprazol u otros IBP y los 20.000 restantes se medicaban con otro tipo de antiácidos, los bloqueadores H2 del receptor de la histamina (como ranitidina o nizatidina).

Tras cinco años de seguimiento, los investigadores dirigidos por Yan Xie –de la Universidad de Washington (EEUU)– observaron que los pacientes que consumían omeprazol tenían hasta un 96% más de riesgo de desarrollar fallo renal que los usuarios de los otros antiácidos, y un 28% más de posibilidades de sufrir enfermedad renal crónica.

Además, los autores observaron una clara relación entre la duración del tratamiento y la aparición de problemas en el riñón, de manera que los pacientes que consumían omeprazol más tiempo eran los más propensos a desarrollar fallo renal.

No es la primera vez que un estudio alerta de esta relación, como subrayan los propios investigadores. El pasado mes de marzo, ya un trabajo publicado en la revista Journal of the American Medical Association realizado en la Universidad Johns Hopkins (EEUU) observó un 50% más de problemas renales entre los consumidores de estos medicamentos.

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