Brasilia, Brasil | AFP |
El vicepresidente brasileño Michel Temer trataba el lunes de convencer a su partido, el PMDB, de romper de forma absoluta con el gobierno de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, quien necesita salvar la coalición para evitar su eventual destitución por el Congreso.
El centrista PMDB, la mayor fuerza política del país, decidirá el martes si abandona su alianza de años con el Partido de los Trabajadores (PT) de Rousseff, quien es objeto de un procedimiento de impeachment por presunta manipulación de las cuentas públicas.
"La de mañana (martes) será una reunión de salida, de despedida del gobierno. Estamos calculando que más del 80% votará por abandonarlo", dijo a la AFP Osmar Terra, diputado del Partido Movimiento Democrático Brasileño (PMDB) y miembro de la mesa directiva que definirá la moción.
El destino de Rousseff, de 68 años, podría quedar sellado si el PMDB –que cuenta con 69 diputados, 18 senadores y siete ministros– arrastra a otras fuerzas de la coalición.
Los debates sobre el impeachment avanzan rápidamente y podrían concluir hacia mediados de abril, si la Cámara lo aprueba por una mayoría de dos tercios (342 de los 513 diputados) y luego el Senado por más de la mitad de sus 82 escaños.
Rousseff sería apartada en ese caso de su cargo por un período máximo de 180 días, hasta que la Cámara alta dé su veredicto final, esta vez por una mayoría de dos tercios.
Onda expansiva
"Se creó una onda expansiva que no tiene vuelta. El gobierno lo está intentando, ofrece cargos, pero ya nadie le cree", señaló el legislador, que también integra la comisión de impeachment de la Cámara de Diputados.
Temer, un discreto abogado constitucionalista de 75 años, asumiría la jefatura de Estado hasta el 2018 si Rousseff fuera destituida.
Actual presidente del PMDB, el vicepresidente no hizo una sola declaración a favor de su compañera de fórmula en las elecciones del 2010 y del 2014. Escribió, en cambio, en noviembre pasado, una agria carta cargada de recriminaciones contra la presidenta.
ADELANTADO
El ministro de Turismo de Brasil, Henrique Alves, presentó ayer lunes su renuncia, acatando el llamado del vicepresidente Michel Temer, del partido centrista PMDB, a romper con el gobierno de la mandataria de izquierda Dilma Rousseff.
"El diálogo (…) se agotó", afirmó el ministro dimitente, uno de los siete miembros del PMDB con carteras en el gobierno de Rousseff.