Con ingredientes como almidón, grasa de cerdo, semillas de anís, queso paraguay, leche, agua y sal, se elaboró ayer la chipa más larga del mundo, con una masa que pesó 200 kilos, aproximadamente. El trabajo fue posible gracias a 15 expertos de la chipería y panadería Ña Silvina, de Ernesto Torales, además de centenares de personas que colaboraron para concretar el récord de esta tradicional especialidad, que llegó a medir 40 metros.

Al menos 600 personas participaron del evento y certificaron la medida junto a la escribana de San Bernardino, Cecilia Sánchez.

"Los registros quedarán asentados a través de una escritura pública, para dar fe de los metros alcanzados", explicó la escribana.

El proceso empezó con la cocción de 20 metros de pan casero y luego de la chipa. "A mí me gustan los desafíos. Esto inició en el año 2005, cuando trabajaba en otra empresa. Este año elaboré la masa desde mi propia empresa y salió muy bien", dijo Torales, emocionado.

Aunque un poco quemadita, finalmente quedó lista la chipa, luego de más de 5 minutos de espera para la medición final y el deleite del público, que mediante empujones alcanzaba algunos trozos.

Tanto los ingredientes del pan kesu como los de la chipa fueron amasados en la plaza Bernardino Caballero. Para la cocción se utilizaron brazas al estilo del asado a la estaca. El carbón encendido fue colocado en un canal sobre la tierra y la masa se coció en una estructura alargada de metal con tapa.

FIESTA DE COMIDAS TÍPICAS

La gente se agolpó en los diferentes locales de venta de comidas típicas, como el vorivori de pollo casero, mbeju, butifarras, chipa tradicional, chicharõ trensado y empanadas de mandioca.

Además, se realizó la romería, con juegos de azar y premios sorpresa. En la plaza también se pudo ver feria de ropas y distintos tipos de mercaderías, tales como talismanes, atrapa sueños, bijouteries en general y zapatos.

La plaza se llenó principalmente de extranjeros y residentes de San Bernardino que disfrutaron del ameno encuentro familiar que se realizó ayer en torno a la fiesta de las pascuas de resurrección.

Las mesas se engalanaron de un ambiente familiar. En ellas también se compartieron bebidas, cervezas y chop, elaborados por un grupo de cerveceros que llevaron hasta el lugar las bebidas heladas para el disfrute de las personas que fueron hasta la plaza para pasar un Domingo de Pascua diferente.

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