Santiago Zavattiero - @Santiagasu
Paraguay mantiene una fuerte guerra contra la pobreza desde hace varios años y los resultados se van volviendo tangibles. En el 2002, prácticamente la mitad de la población - 43% - estaba en una situación de carencia, mientras que para el 2014 ya había bajado a 2 de cada 10 paraguayos - 22% -.
Pero no todo es color de rosa, ya que a pesar de haberse reducido la pobreza, la desigualdad aumentó según la Dirección General de Estadísticas Encuestas y Censos -DGEEC-.
El pobre es más pobre
En el 2014, el 10% más pobre de la población tenía un ingreso promedio mensual G. 183.000, mientras que para el 10% más rico era cercano a los G. 5.852.000, es decir, unas 32 veces más. En el sector rural la diferencia era aún mayor y más preocupante.
Según el Banco Mundial, Paraguay es uno de los países con mayor inequidad en Sudamérica.
La distribución de los ingresos retrocedió a niveles del 2011, según el Coeficiente de Gini.
El informe de la DGEEC detalla, además, que "una de las razones de la persistencia de los altos niveles de pobreza radica en la inequitativa distribución de los ingresos entre la población".
Propuesta del Gobierno
"Paraguay hizo una reforma muy exitosa en el 2004, donde se incluyó el IRP y fue el último de los países de la región, esto se pospuso hasta el 2012, donde salió con modificaciones para que sea formalizador. Esto apunta al modelo de país que queremos tener, que busca una mayor equidad tributaria, que sea progresivo, es decir, a mayor ingreso, mayor contribución. Si no gravamos de manera progresiva aumenta la brecha entre los que tienen y los que no tienen", resaltó Santiago Peña, Ministro de Hacienda en la radio 970 AM.
El mundo habla de Paraguay
El medio internacional El País, de España, escribió que "a tiro de piedra del Palacio de López, la sede presidencial, se encuentra la Chacarita, un barrio de construcciones precarias situado en un área baja, inundable, en la bahía de Asunción.
En los pasillos del Congreso y el Palacio de Justicia menores de la Chacarita limpian los zapatos a diputados y jueces, pese a las leyes que prohíben el trabajo infantil.
Paraguay tiene, por ejemplo, la peor red de agua y sanidad de Sudamérica tras Bolivia, lo que afecta a la salud de los menores de barrios pobres y se traduce en la pérdida de días de aula por enfermedad.
La inversión en salud, educación y otros servicios públicos es precisamente uno de los mecanismos para reducir la desigualdad, de acuerdo con el organismo.
Paraguay solo gasta US$ 147 per cápita en servicios sociales al año, frente a los 1.601 de Argentina o los 1.419 de Brasil".
El rico es más rico
El economista Isaac Godoy resaltó tiempo atrás que "El Paraguay ha experimentado en los últimos 12 años un crecimiento económico constante a un promedio del 5% anual, este crecimiento económico ha contribuido a reducir los índices de pobreza, por ejemplo, a través de la creación de empleo gracias a las nuevas inversiones; pero, también este mismo crecimiento económico ha generado grandes beneficios a los empresarios o dueños del capital quienes se ven favorecidos por las bajas tasas impositivas en el país."
"El aumento de la inequidad refleja el hecho de que la mayor parte de los beneficios del crecimiento económico se está quedando en manos de los capitalistas (empresarios o inversionistas), quienes favorecidos por la baja presión tributaria acumulan ganancias gracias a la marcha favorable de la economía paraguaya. Esa baja presión tributaria directa sobre la renta empresarial y personal, priva al Estado de recursos que hubieran sido invertidos justamente en disminuir la brecha de oportunidades entre paraguayos que pueden acceder a servicios de educación, salud, saneamiento, vivienda y otros de primera calidad, a costas de otros paraguayos que en muchos casos no pueden satisfacer estas necesidades básicas. Un sistema tributario más justo sería la solución para disminuir la desigualdad entre paraguayos", finalizó Godoy.