Mientras que el sapo surge en Paraguay como una alternativa para combatir al aedes aegypti, transmisor del virus del Zika, chikungunya y dengue, el ayuntamiento de Barcelona instalará unos 20 refugios para murciélagos, especialmente en la zona de los puertos, para cuando sea primavera y salgan a devorar a los mosquitos.
"Son pequeños, peludos y a la mayoría no le causa demasiada simpatía verlos revolotear, pero tener murciélagos cerca puede resultar muy útil, ya que son capaces de comer el 60% de su peso en mosquitos en una sola noche: como si una persona de 100 kg en una noche comiera 60 kg de comida. Ese voraz apetito ayuda a reducir la plaga de mosquitos que puede transmitir enfermedades como el zika", indica una información de 20 Minutos.
En Paraguay, la Dirección de Vida Silvestre y la de Fiscalización Ambiental de la Secretaría del Ambiente realizó un operativo de fiscalización en el Mercado 4 debido a la venta de sapos que se generó para combatir el aedes.
Carmen Amarilla, quien se hizo conocida por la comercialización de los sapos, ya no los tenía cuando los fiscalizadores llegaron al lugar. "Se revisó el puesto de venta, pero ya no estaban", indicó la directora del ente, Rocío Barreto.
PROTEGIDOS
Funcionarios de la Seam realizaron un operativo de información ciudadana en el que se le explicó a la mujer y a otros comerciantes sobre la Ley 96/92 y la importancia de inscribirse en el Registro Nacional de Vida Silvestre y solicitar las autorizaciones correspondientes para realizar esta venta. Los sapos están amparados por ley, que prohíbe este tipo de actividades clandestinas, y que solo pueden venderse bajo ciertos requisitos.
Advirtieron que existen multas para la venta ilegal de animales silvestres, y finalmente recordaron que no es el sapo el que va a controlar el dengue, sino la limpieza. El trabajo se realizó junto con inspectores de la dirección administrativa del Mercado 4.