Construida en la década de 1930, la ex Villa Lloret, hoy Villa Aucinera, ubicada sobre la Avda. Mariscal López, fue revitalizada y puesta en valor por el grupo Arcallana SA. Concluida en 1943, la señorial residencia es de estilo moderno, con elementos neoclásicos y renacentistas.
La residencia es una joya arquitectónica de Asunción, pertenece a la tipología de "Villa", concepto que proviene de las antiguas villas romanas que alcanzaron su resplandor en Venecia, durante el renacimiento. La misma posee influencias del estilo moderno en su aspecto interior y cuenta también con un cierto áurea de clasicismo.
La Villa fue la residencia de un argentino de descendencia española, dedicado al negocio del transporte (tranvías) y producción de energía eléctrica en el país, desde la década del 40. Se trata de Santiago Ricardo Lloret Leshot. La casa fue diseñada y realizada por el arquitecto Francisco Canesse (1910-2005), uno de los primeros arquitectos paraguayos que se formaron en el extranjero e inició el progreso edilicio de la ciudad capital en los años 40. La construcción comenzó a finales de 1930 y culminó en 1943, según el arquitecto Pedro Florentín Demestri, del Grupo Arcallana SA.
"La residencia fue ocupada por la familia Lloret-Guanes hasta la segunda generación. El señor Santiago Ricardo no pudo habitar la casa porque falleció antes de que se termine la obra. Su viuda Concepción Guanes, junto a su hijo Ricardo Máximo, se encargó de terminar y luego habitar. Ricardo Severo Lloret Gómez, nieto de Santiago Lloret, fue el último ocupante. Luego, la casa fue alquilada a la clínica de estética del doctor Mussi Prieto hasta el 2008 y posteriormente fue vendida al Grupo Arcallana".
El arquitecto Florentín explicó que la residencia fue intervenida y el proyecto de ampliación y restauración demandó mucha inversión y que actualmente está destinada para alquilarse.
El proyecto contempló además de la ampliación de un sector, su adecuación como oficinas, manteniendo sin embargo la impronta original, y aumentando la superficie hasta llegar a 600 metros cuadrados cubiertos y 10 plazas de estacionamientos, apuntó.
Se acondicionaron los interiores a espacios diáfanos cuidando cada detalle original de la casa, tales como las aberturas, que fueron mantenidas en su forma original y totalmente lustradas, así como también los pisos de granito reconstituido original, repulidos y encerados, hacen que los interiores mantengan su señorío original.
REFERENCIA HISTÓRICA
El edificio hace referencia a una época, posee valor patrimonial por sus aspectos
tipológicos – técnico constructivo, porque integra un entorno donde se desarrollaban las casas quintas o también llamadas villas de la periferia de Asunción.
Luego del período de la posguerra, la ciudad inició su expansión hacia la periferia; a partir de la calle Brasil (cuyo nombre histórico era calle De Salto), allí se iniciaba la ciudad de las casas quintas continuando a lo largo de la avenida Mariscal López, la avenida España, la avenida Perú, hasta llegar a Villa Morra.
A principios del siglo XX y hasta 1940, la arquitectura asuncena se caracterizaba por la utilización de la denominada "casa chorizo", tipología funcional-espacial lineal, con galería perimetral y edificada sobre línea municipal, a la cual se adicionaba una "tapa". "Podría decirse que entre las décadas de los años 30' y 40' del siglo XX empiezan a producirse en nuestro país obras en la línea de la arquitectura moderna, de los más diversos estilos: neoclásico, art noveau, arte deco, etc.", explica el arquitecto Florentín.
Según los registros históricos, el nombre original de la edificación fue "Villa Santa Teresita.
La villa se diseñó en el centro de un terreno cuadrangular de casi 1.000,82 m2 y la construcción de tres niveles no toca las murallas perimetrales por lo que uno puede recorrer y apreciar el edificio caminando a su alrededor.
El complejo cuenta con una amplia planta baja, con más de 10 plazas de estacionamiento, 290 m2 cubiertos, oficinas integradas y despachos privados, con aire acondicionado, circuitos de seguridad, seguridad contra incendio, entre otras características modernas.
El edificio principal está dado por las áreas social y un sector más privado, donde habitaba el propietario con su familia (planta baja), y en la parte posterior se ubica el área de servicio para el personal (planta baja). En la planta alta se hallaban las áreas privadas (estar y dormitorios de los hijos) con una amplia terraza que mira al sector posterior de la propiedad y que en el siglo pasado otorgaba una panorámica vista hacia la bahía de Asunción.
CARACTERÍSTICAS PUNTUALES
-La edificación posee influencias del estilo moderno en su aspecto exterior y cuenta un cierto áurea de clasicismo.
-El programa arquitectónico responde a una residencia de retiro o de descanso, como era costumbre de la clase burguesa de la época de su edificación.
-Presenta un basamento "piano nobile", y escaleras que a su vez sirven de elemento conector.
-Tiene un realce y recorrido "escenográfico" para llegar al acceso; ya que existe todo un diseño de la escalera con revestido de piedra que va salvando los desniveles del terreno en tramos diferentes hasta la galería de llegada e ingreso a la vivienda.
-La edificación está considerablemente sobreelevada en relación al terreno. Cuenta con galería frontal y lateral en forma de L y esto se repite en la planta alta, como trasplante de las villas palladianas, manteniendo la transición entre el interior y exterior como característica de la arquitectura paraguaya.
-Aparece el mirador como elemento nuevo y jerarquizante a nivel compositivo y espacial (en el último nivel); que cuenta con una terraza para expansión.
-El edificio principal está constituido por las áreas social y un sector más privado.
-La configuración espacial de la planta del edificio principal se caracterizaba por la simetría y proporciones armónicas de las habitaciones.
INTERVENCIONES
Las intervenciones realizadas a la Villa fueron mínimas y estuvieron a cargo del arquitecto Pedro Florentín, del Grupo Arcallana SA. Entre los aspectos destacados se encuentran:
-Los muros existentes, revoques, techos y por sobre todo las aberturas fueron mantenidas en su fuerza original. Las aberturas son recuperadas de las espesas capas de pintura iniciales y se lustran casi en su totalidad.
Se hizo una mínima intervención en la parte posterior (planta alta de la Villa) mantiene proporciones similares a las existentes simplemente por haber sido ejecutadas sobre la terraza existente, aprovechando los módulos existentes.
En la última planta se anexa una pérgola liviana como continuidad del espacio de la torrecilla a una terraza abierta, que complementa la exagerada soledad del pequeño minarete.
Los pisos son revividos con nuevos pulidos y realces de brillo.
Las iluminaciones fueron diseñadas para realzar y jerarquizar los espacios y configurar planos.
Por cuestiones de seguridad, todas las instalaciones se reejecutaron desde cero, incluyendo las eléctricas, agua, desagu?es cloacales y pluviales.
La torre de la caja de escaleras se ilumina con proyectores desde abajo, de alta intensidad, pero de corto alcance, dando protagonismo, a medida que sube la torre (de 16 metros de alto) a las linternas que aparecen alternadamente a través de pequeñas ventanitas.
FUENTE: ARQ + DECO (Suplmento de los jueves del Diario La Nación).